El vestido que usó Kim Kardashian tenía un propósito. Se trató de una pieza creada por el diseñador mexicano Victor Barragán quien explicó a la revista Vogue que la prenda pertenece a una colección otoño 2020 que "trata sobre la sexualidad como poder y protección de la dominación patriarcal generalizada, como se usó en la brujería en el siglo XVI, que aún puede resuena hoy”.
Se cree que la intención de Kim al usar el vestido fue la de provocar. Prueba de ello es que cuando acudió a visitar otros sitios icónicos de la capital italiana, como el Coliseo, acudió vistiendo un body de Bevza y shorts de Beirendonck.
Otra prueba podría ser el bautizo de sus hijos Saint, Chicago y Psalm, que ocurrió en la catedral de de Ejmiatsin en la ciudad de Vagharshapat, Armenia. Para la ocasión, sí, eligió un vestido ceñido, pero durante su estancia en dicha iglesia "mostró respeto" usando en todo momento un velo que le cubría la cabeza.