La vez que Jorge Kahwagi nos abrió las puertas de su casa
Para nuestra edición 182, Jorge nos habló de lo mucho que disfruto remodelar su casa.
Les presentamos la entrevista íntegra que nos concedió hace seis años. Si deseas conocer el número completo puedes adquirirlo en su versión digital, dando clic aquí.
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Sobre un terreno de 2 mil metros se edifica la construcción de 5 mil 300 metros cuadrados en la que habita Jorge Kahwagi Macari. Vive ahí desde hace siete años, sin embargo en enero de 2008 le surgió la inquietud por remodelar y redecorar su hogar. Su entonces novia Marlene Favela, su primo Pedro Macari y él mismo fueron quienes le dieron vida a este proyecto, el cual les tomó aproximadamente siete meses finalizar.
"Quería algo menos sobrio, más divertido y más loco", nos dijo Kahwagi. Él, adquirió muebles y objetos de decoración en Nueva York, Miami, Los Ángeles, algunos otros en Europa y Asia y hasta una que otra cosa de la Lagunilla y de Galerías El Triunfo. Efectivamente logró ese toque original y ecléctico: al entrar a la casa se tiene la sensación de estar en un templo hindú con puertas tailandesas con enormes budas y elefantes de marfil, o que se está en un antro barroco y, es que, de repente la atmósfera transporta a una sala a go-gó de los sesenta con lámparas de Swarovski, cojines Fendi rosados y un libro de David LaChapelle sobre la mesa. Otros escenarios son psicodélicos o tienen un toque más dark como dentro de un castillo antiguo.
Hay arte por todos lados, algunas esculturas de Jorge Marín y una de Botero. Incorporó también obras de artistas contemporáneos como Sara Modiano, Anuar Maauad y Ernesto Cruz Orozco.
Y tiene hasta lo que menos se puede uno imaginar: tres caballos enanos como mascota que se encuentran en el potrero en la entrada de la casa, y que responden a los nombres de Claudio, Maclovia y Jacinto.
VIVE LA VIDA LOCA
Este refugio cuenta hasta con servicio de bar las 24 horas en la reluciente barra negra de Philippe Starck -el reconocido diseñador francés- con un bartender que no deja que alguien termine su bebida cuando ya está ofreciendo otra. También hay un cocinero que cumple todos los antojos del excelente anfitrión y de sus continuos invitados y un mesero de planta. Y es que se necesita mucha gente para atender todas las áreas repartidas en los cuatro pisos de la residencia. Hay seis recámaras, la suya cuenta con jacuzzi y un enorme guardarropa, así como cuatro diferentes salas -aparte de la de tele-, biblioteca, oficina, alberca, gimnasio y grandes lobbys, entre otras áreas.
En la zona de la alberca destacan las camas con cabeceras en forma de cruz y un altar con varios santos, una Virgen de Guadalupe y un saco de boxeo con la imagen de un Jesucristo crucificado, entre otras imágenes religiosas. "Soy muy creyente, me gusta la Virgen y cómo se ve el altar, medio kitsch".
Sus áreas favoritas son precisamente la de la alberca, donde asegura que es uno de los principales puntos para hacer grandes fiestas; la salita vip que está dentro de un privado; y el gimnasio, que cuenta con ring de box, y que ocupa diariamente por unas dos o tres horas con entrenador personal. También disfruta mucho leer y ver películas.
Y aunque es poco el tiempo que Jorge está aquí debido a su apretada agenda, la disfruta enormemente y trata por lo menos de llegar a comer o a cenar en ella todos los días.
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