¿Quién era Margarita Garza Sada de Fernández?
Un vacío difícil de llenar en el mundo empresarial y de las artes, es el que deja Margarita Garza Sada de Fernández, una de las más importantes coleccionistas de arte y promotora cultural de nuestro país.
Doña Márgara o Magaya como le decían cariñosamente sus familiares y amigos, nació en la ciudad de Monterrey, el 11 de septiembre de 1925. Fue la hija menor de Don Roberto Garza Sada, creador de Grupo Alfa y Margarita Sada de Garza Sada. De su padre heredó el amor por el arte, su sentido de Empresa, además de su preocupación por las obras sociales y la Educación.
Se casó con Alberto Fernández, uno de los fundadores del Partido Acción Nacional en Nuevo León, con quien tuvo tuvo siete hijos: Alberto, Mauricio, Balbina, Alejandra, Margarita, Lorenzo y Álvaro, actual director general y representante de los intereses de la familia Fernández Garza en el Grupo Alfa.
Su aportación a la cultura es invaluable, siendo muy joven instituyó "Promoción de las Artes", un organismo encargado de organizar exposiciones de arte en el antiguo edificio de las Instituciones de Monterrey. Fue ella quien convenció al alemán Franz Mayer de mostrar su colección de arte en un museo.
Por su iniciativa, el 29 de mayo de 1981 se inauguró, el Museo Tamayo de la ciudad de México, con el patrocinio de Grupo Alfa y Fundación Cultural Televisa. Fue idea suya la creación de un museo de arte contemporáneo en Monterrey y el 28 de junio de 1991 se inaugura MARCO. Fue en esta época, que se llego a comprar a los Garza Sada con la familia Medici, grandes mecenas del arte en el Renacimiento.
Además fue fundadora de varias instituciones de beneficencia y filantrópicas. También se reconoce su apoyo para el desarrollo de la Universidad de Monterrey (UDEM), y gracias a su generosidad se pudo realizar la construcción del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño, obra del arquitecto japonés Tadao Ando.
Un aspecto poco conocido es que ella pintaba maravillosamente y la pintura fue uno de sus pasatiempos favoritos hasta sus últimos días. Pocos días antes de morir, su instinto empresarial, la llevo a adquirir el 10.6 por ciento del capital del Grupo Vitro.