Los Sánchez-Navarro y su amor por el arte
Se acaba de vivir con gran éxito la segunda edición del Baja International Film Festival contando con la presencia de Ana de la Reguera, Billy Rovzar, Gael García, José María Yazpik, Café Tacvba y el cineasta canadiense Philippe Falardeau, nominado al Oscar por su película "Monsieur Lazhar", entre muchos famosos más.
Dicho festival surgió como un diálogo y colaboración del cine mexicano con Norteamérica. De esta manera es que socios estratégicos de México, Estados Unidos y Canadá son reunidos, durante el mes de noviembre en Los Cabos, para constituir una plataforma de intercambio cultural y comercial del ámbito fílmico; además de explorar propuestas cinematográficas arriesgadas, reflexivas e inspiradoras para las audiencias internacionales.
El Baja International Film Festival fue fundado por Eduardo Sánchez-Navarro Redo, Eduardo Sánchez-Navarro Rivera Torres, Pablo Sánchez-Navarro, Alfonso Pasquel Bárcenas, Juan Gallardo Thurlow y Sean y Scott Coss.
Pero el apellido Sánchez-Navarro no nada más suena en el ámbito artístico por la creación de este magno festival, también es muy popular en Baja California Sur, pues la familia posee grandes cadenas hoteleras, justamente en el destino de San José del Cabo. Aún no es suficiente con la descripción, pues también son parte de la industria de la construcción, ecuestre, cervecera y editorial. Sin duda, son una destacada familia de negocios, es por eso que en el pasado fue considerada la más rica del norte del país.
LA GRAN RIQUEZA.
¿Dónde comienza su historia?, Muchos años atrás, por eso también la importancia de la dinastía, por su poder adquisitivo y su longevidad. Su imperio es tan destacado que Charles H. Harris III, de la Universidad Estatal de Nuevo México, publicó en 1975 el libro "El imperio de la familia Sánchez Navarro 1765-1867" en inglés. Muy rápido ocupó un lugar importante en la historiografía regional y en 1989 se imprimió su versión en español.
Durante las páginas de la publicación, el autor analiza el desenvolvimiento de la familia coahuilense a lo largo de 100 años y el sentido práctico de sus integrantes para acumular tierras y alcanzar éxito en los negocios.
Los Sánchez-Navarro lograron conformar, al final de la Colonia y durante la transición de México a Nación, un latifundio de 7.5 millones de hectáreas que incluía 17 haciendas y muchas estancias para ganado; su propiedad en ese entonces era una de las más grandes de América Latina, duplicaba el territorio de Bélgica y se acercaba al de Portugal.
DE LA GLORIA A LA RUINA.
Según el texto de Charles H. Harris III, el imperio fue iniciado por un cura, así es, por José Miguel Sánchez-Navarro, quien durante 50 años se dedicó a integrar las tierras del enorme latifundio y a fomentar la cría de ovejas. Posteriormente, también a la producción de maíz.
El autor del libro-homenaje a dicha dinastía, relata que los Sánchez-Navarro prefirieron mantenerse al margen de la política hasta el movimiento de Independencia en México, seguros del prestigio eclesiástico de José Miguel. Pero en el alzamiento de Miguel Hidalgo y Costilla, José Melchor Sánchez-Navarro fungía como alcalde de Saltillo y es cuando la familia se vio obligada a tomar partido. "A la postre, los vaivenes políticos los llevarían a intervenir de manera más decidida en la vida nacional de México, más allá del nivel puramente regional", agrega.
A lo largo de la historia son muchos hombres los que encabezaron la familia, pero uno que no se puede dejar de mencionar es Juan Sánchez-Navarro y Peón, quien murió apenas hace siete años y que fue uno de los empresarios más destacados de México y fundador de numerosos organismos patronales. Era hijo de Carlos Sánchez-Navarro y Martínez de la Torre, general que combatió al lado de Emiliano Zapata durante la Revolución Mexicana.
Pero él heredó sólo el nombre porque la fortuna la perdió su bisabuelo Carlos cuando se adentró a la política en favor de Maximiliano de Habsburgo y al triunfo de Benito Juárez, su latifundio fue expropiado (1866) y él fue a la cárcel por dos años y después vivió exiliado en París. Así que a Juan le tocó levantar el imperio familiar en ruinas.
EL RESURGIMIENTO DEL DINERO Y EL PODER.
Y vaya que lo hizo muy bien, pues comenzó su carrera profesional en el departamento de Publicidad de la Cervecería Cuauhtémoc y años después destacó por ser uno de los pioneros en el campo de la publicidad en México. Hasta el día de su muerte se desempeñó como vicepresidente de Grupo Modelo.
Además, en 1979 fue nombrado presidente del Club de Banqueros de México y fundó el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacionales, el Consejo Coordinador Empresarial, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, el Comité de Hombres de Negocios México-Español y la Cámara Mexicano-Argentina de Comercio.
Don Juan, como era conocido, tenía un rancho frente a las Pirámides de Teotihuacán, pero la mención especial es porque la fama de esta propiedad, una de las tantas que poseía, es porque se dice que fue visitado por los reyes Juan Carlos y Sofía de España y el ex presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.
Se casó con Teresa Redo y Martínez del Río, con quien tuvo a Miguel, Eduardo, Beatriz y Mercedes. Miguel Sánchez-Navarro se dedica al mundo editorial, es el presidente del Consejo de Administración de Editorial México Desconocido; mientras que su hermano Eduardo es presidente de Grupo Questro, presidente del Consejo de Administración del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), fundador del Baja International Film Festival y fue uno de los pioneros y mayor desarrollador del destino Los Cabos, por lo que en 2006 fue nombrado "El Hombre Real Estate" por la revista Real Estate Market & Lifestyle.
En su dominio se encuentran los conjuntos Cabo Real, Puerto Los Cabos, El Dorado y Campestre San José, que incluyen hoteles, condominios, residencias, áreas comerciales y campos de golf.
Y su hijo Eduardo Sánchez-Navarro Rivera Torres ha seguido sus pasos, es fundador del festival cinematográfico y director general de Grupo Questro, además de ser un gran jinete.
Así la dinastía Sánchez-Navarro continúa con los nuevos integrantes de la familia pasa seguir sumando poder y riquezas, pero principalmente para preservar uno de los apellidos con mayor tradición en México.
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