Marcela García `envenena´ a gotas a los lectores
Un veneno terrible para el alma que se disipa en el momento de conformarse con la vida que los demás esperan y renunciar a lo que uno quiere es una de las metáforas que encierra el reciente libro de Marcela García, quien a pesar de asegurar no tener un estilo literario definido, en esta historia se vale del barroco latinoamericano para su estructura.
No te pierdas los por menores de `Veneno a gotas´ en la entrevista telefónica que tuvimos con la regia, quien actualmente reside en Brasil y también se dedica a la mercadotecnia.
Háblanos sobre tu segunda obra literaria.
"Es un trabajo que me tomó dos años en pulir y del cual me siento satisfecha. Se trata de una novela ambiciosa que algunos han calificado de compleja, otros de esquizofrénica... y para mí, es un viaje por los rincones más oscuros del ser humano, los envenenados".
¿Cuál es el tema central?
"Existen dos centros, una novela encierra a la otra; una escrita por mí y la otra por uno de mis personajes. La mía es la historia de la capacidad de resistir el veneno en dosis diarias, por goteo, ese que no mata, que transforma y que corroe el alma. La otra, escrita por Clara, trata de un planteamiento introspectivo acerca de las teorías y predicciones para diciembre del 2012, personificadas en un ser inusitado, el eslabón del fin del mundo Maya".
¿En qué te inspiraste para escribir `Veneno a gotas´?
"En la transformación que sufre una persona a lo largo de su vida si decide no drenar las pequeñas gotas de toxinas: la culpa, los prejuicios, el abuso y el miedo. Mi historia nace de la necesidad de manifestar el terror, de ocultar y de tolerar lo intolerable. Es más un planteamiento de luces y sombras, en donde la sombra en ocasiones pareciera más iluminada que la luz".
¿Cuál es la narrativa del libro?
"Muchos tiempos y voces, algo deliberadamente vertiginoso, acaso tóxico y puramente libre".
¿Cómo son los personajes centrales?
"Eva es psicóloga, libre, exitosa y aparentemente feliz; dispuesta a tomar la vida con la ligereza de un viento pasajero, sin detenerse a cuestionarse a sí misma en plena libertad de hacer y deshacer, sin prejuicio. Y Clara es la esposa perfecta ante los ojos de todo el mundo, una mujer hecha y derecha de la que se conoce poco y no se sospecha nada. En realidad es una escritora apasionada por la verdad, por cuestionarse todo y atreverse a debatir los dogmas. Su voz irrumpe en mi proceso creativo y decide en el espacio de libertad que le ofrecí dentro de mi novela... escribir la propia".
¿Eva y Clara tienen algo de ti?
"No me atrevo a negarlo ni tampoco a aceptarlo, aunque es inevitable que ellas aparecen en mi mente con la ingenua naturalidad de un subconsciente liberado por el resguardo de la tinta, volando como si salieran de la caja de Pandora".
¿Cómo envenenará Marcela al lector?
"Embriagándolo con la dosis de letras que son el antídoto perfecto para resistirse a los efectos de cualquier toxicidad del veneno".
¿Qué te dejó `Veneno a gotas´?
"Mucha satisfacción, alivio y madurez, la sensación de haber liberado tantas ideas que de quedar en mi mente tendrían un efecto tóxico".
¿A qué tipo de lector te gusta escribirle?
"Al que se atreva, al que le guste vibrar y sentir, a ese tipo de persona que disfrute una pesadilla tanto como un sueño rosa, a quien le guste que un libro lo lleve a otros dos o tres más".
¿En qué momento profesional te encuentras?
"No lo sé exactamente... Si lo supiera, supongo que, tampoco me atrevería a decirlo, puedo ser semilla, flor o fruto, quizá pasado, presente o futuro. Creo en la propia voluntad de la creación, en la libertad de las letras cuando no existen bajo determinada condición, por lo que no quisiera encasillarlas. Tengo más de 16 años escribiendo y cada día descubro una experiencia diferente".
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
"No lo sé, espero que las musas compasivas se atrevan a visitarme de nuevo y me cuenten tantas historias como días que me queden por vivir. Actualmente tengo otra novela terminada en proceso de edición y estoy en gestación de otra más".
`Veneno a gotas´ está a la venta en el Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara y São Paulo con un tiraje de 700 ejemplares bajo el sello de la editorial Font, como su primera novela `Mirada de piedra´.