¿Quién es Denise Dresser?
Al entrar , no pudimos dejar de notar su inconfundible cabellera - similar al de una mujer de los años 50 - y su característico lunar ubicado justo arriba del labio. Denise vestía un traje sastre gris, poca joyería, medias negras y tacones del mismo color. Está feliz por el lanzamiento de su libro, El país de uno. La politóloga nos contó sobre esta publicación y su idea para lograr un México mejor.
¿Cómo ves a México?
Estamos en un momento complejo, difícil, lleno de incertidumbre.
¿Qué opinas de la clase política mexicana?
Lamentablemente, México ha sido un país secuestrado por sus élites. Es un país rentado que le pertenece al señor Slim, al señor Azcárraga, al señor Salinas Pliego, a Carlos Romero Deschamps y a Elba Esther Gordillo, quienes se han dedicado a ver a México como su botín personal. En el libro hablo sobre uno de los peores legados del sistema priísta: esta percepción del poder como un lugar desde donde se distribuye el botín y cómo se ha creado una democracia muy particular. Equiparo a nuestra democracia con la cleptocracia.
¿Qué opinas de los ciudadanos?
Somos un país somnoliento, mal educado, conformista, discriminador, corrupto y de privilegios. Es un diagnóstico demoledor, pero hay que mirarnos con honestidad para cambiar.
¿Cómo ser un ciudadano activo?
Debemos entender la importancia del voto, mostrar irreverencia y crítica frente al poder, comprender la importancia de alzar la voz y de informarnos... hay que hacer marcaje personal a los diputados, presidentes municipales, gobernadores y más para comprender que son empleados y merecen ser vigilados.
¿Qué nos falta para dar este salto como sociedad?
México sólo prosperará cuando su gente esté educada y muy bien educada, empezando por deshacernos del lastre que ha sido el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
¿Cómo ves a la clase media?
Ser de clase media en un país con 50 millones de pobres, es ser privilegiado y como tal, tenemos la obligación de dar algo de vuelta al país que nos otorgó esta posición. La importancia de dar un poco de nuestro tiempo, de nuestro talento, de nuestro dinero, servir a nuestra comunidad de algunas manera. Si con mis acciones altero -aunque sea por un milímetro-, la realidad de mi país, habrá sido un buen día y un buen comienzo.
¿Cómo ves a Felipe Calderón?
Es un presidente debilitado, acorralado. A pesar de los logros que ha tenido en cuanto a la estabilidad macroeconómica y el combate a la pobreza, será recordado por los 45 mil muertos y la guerra contra el narcotráfico.
¿Crees que la solución sea votar por otro partido político?
La solución es buscar una reforma integral, si seguimos votando por cualquier candidato, aunque sea la madre Teresa de Calcuta no van a rendir frutos en un sistema que está mal armado, al que le faltan las candidaturas ciudadanas, rendición de cuentas, etc. Si no cambiamos eso el resultado será la desilusión.
¿Crees que gane Peña Nieto?
Ojalá que no. Mi libro es un llamado para que recordemos lo que ha significado el PRI. La impunidad ha sido una condición necesaria para el funcionamiento de su sistema político.
¿Con qué sueñas?
Con el México posible, con el que me imagino, con el que nos merecemos, con ese lugar donde la justicia se siente entre nosotros, diría Rosario Castellanos, en ese sitio donde los ciudadanos tienen voz, peso y reconocimiento y el sistema político funciona para ellos y no para las élites. Ese México grandioso, pujante, primer mundista.
¿Cómo ves el papel de la mujer en todo este proceso?
Indispensable, imprescindible, las mujeres somos un género mejor (risas) habrá hombres fantásticos, pero las mujeres somos un género mejor.
Si fueras presidente, ¿qué harías?
No, no, no me desees ese fin. Siempre me ha gustado estar parada del lado de los que no tienen voz, de los que ni siquiera conocen sus derechos y no saben como pelear por ellos. Quisiera ser vista como la que al final del día peleó por esos desposeídos, alzó la voz en nombre de la injusticia, dio la buena batalla, estuvo parada en el lado correcto de la historia y que siempre se acostó preguntándose, Denise Dresser qué hiciste hoy por tu país.
¿Le temes a algo?
A seguir peleando las mismas batallas, presenciar el retroceso, pensar que regrese el PRI y ver que se cumpla la profecía de Mario Vargas Llosa de México, un país de masoquistas.
¿No te da miedo que tus hijos crezcan en un país como este?
Mis hijos actualmente están viviendo en Canadá porque quisimos que tuvieran la experiencia del contraste, vivir en un país, al cual siempre lo pongo como modelo del país próspero, equitativo, multicultural, tolerante, progresista. Pero tengo la esperanza que regresen a México algún día y reconozcan todo aquello que les toca dar de vuelta al país en el que nacieron.
Si se te apareciera un genio. ¿Qué deseos le pedirías?
Que me clonaran para participar en más causas ciudadanas, para estar con mis hijos en Canadá y vivir en México. Me gustaría vivir más para presenciar ese México que me imagino y que ojalá nunca se me quite la indignación permanente ante la injusticia.
Texto publicado en la revista Quién número 253.