La celebración de los 19 años de casados del rey Carlos III y la reina Camila es (tal y como han sido y como serán sus demás aniversarios) un recordatorio de que su historia de amor tiene más de una lectura; ya que para llegar al altar, aquel 9 de abril de 2005, tuvieron que atravesar una ruptura, un sonado triángulo amoroso, dos bodas (con sus respectivos divorcios) y un funeral. Una trama en la que la fallecida princesa Diana tuvo un papel protagónico.
Carlos, Camila y Diana: Un triángulo amoroso, dos bodas y un funeral
Su boda celebrada el 9 de abril de 2005 marcó para el entonces príncipe Carlos y Camila Parker Bowles el reconocimiento legal e institucional de una complicada telenovela que dio inicio en 1970, cuando la pareja se conoció a través de amigos en común y comenzaron a salir. En aquel entonces, ambos eran veinteañeros y congeniaron de inmediato. Sin embargo, las obligaciones militares del heredero al trono lo obligaron a alejarse de Camila, lo que implicó que terminaran y siguieran con sus vidas por separado, pero no necesariamente que se dijeran adiós.
Con el paso de los años y sin importar que ambos se casaron y formaron familias (Camila con Andrew Parker Bowles, en 1973, y Carlos con la princesa Diana, en 1981), los actuales monarcas británicos retomaron su romance a finales de la década de los setenta y todo parece indicar que, desde entonces, nunca se alejaron realmente el uno del otro hasta que 20 años después, a finales de los noventa, comenzaron a salir de manera formal sin importar el escrutinio de la sociedad británica ni el aparente rechazo que demostró la reina Isabel II (al menos en un inicio) ante la verdadera historia de amor de su primogénito.