Los duques de Sussex han tenido que “enrollarse las mangas de la camisa” y enfrentarse con los desafíos del “mundo real” desde que renunciaron a sus cargos y privilegios como miembros senior de la Familia Real británica para mudarse a Estados Unidos en busca de seguridad, mayor privacidad y un vida más normal para educar a sus hijos, los príncipes Archie y Lilibet.
Al quedarse sin financiamiento de la Corona, han tenido que probar suerte en distintos proyectos para buscar generar sus propios ingresos y no todos han tenido los resultados óptimos que habrían esperado. Por ello, ahora Meghan Markle y el príncipe Harry enfrentan un nuevo reto para hacer que funcione el nuevo negocio de estilo de vida de la duquesa de Sussex y, tal vez, éste ponga a prueba o los enfrente precisamente con todo aquello que quisieron dejar en el pasado al dejar Reino Unido: el acoso de los medios o, en este caso, tener los ojos de todo el mundo puestos sobre ellos.