La muerte de la senadora estadounidense Dianne Feinstein, a los 90 años, el pasado 29 de septiembre, ha vuelto a abrir la discusión sobre la posibilidad de que Meghan Markle pueda perseguir una carrera política en Estados Unidos.
Tras el fallecimiento de la senadora californiana, el nombre de la duquesa de Sussex resurgió en la conversación para ocupar el escaño que dejó Feinstein.
Y es que la esposa del príncipe Harry, además de ser famosa como actriz –antes de convertirse en la royal más mediática y polémica de los últimos años– también fue activista, y sus intenciones de entrar al mundo de la política en su país podrían ser el escenario que traiga de vuelta a Meghan a la vida pública, aunque ahora desde las esferas del poder.
Tal y como destaca Vanitatis, la probabilidad de que una celebridad busque aspirar a un cargo de elección popular en Estados Unidos no es nada nuevo ni imposible. Ronald Reagan, quien fue presidente durante dos mandatos entre 1981 y 1989, fue un reconocido actor de Hollywood. Mientras que Arnold Schwarzenegger, quien nació en Austria, llegó a ser gobernador de California, también en dos administraciones consecutivas, de 2003 a 2011.
En Estados Unidos no son pocas las voces que han mencionado a Meghan Markle para que busque hacer carrera en la política de su país y es que, no sólo desde el partido demócrata, con el que se identifica la duquesa de Sussex, recibe apoyo. Hace algunos meses, incluso el ex presidente estadounidense Donald Trump “hizo campaña” en favor de Meghan para que se presentara a las elecciones presidenciales... aunque no necesariamente por las razones correctas.
El mismo escenario planteó Valerie Biden Owens, hermana del actual presidente, Joe Biden, quien además de resaltar la importancia de que en la política estadounidense hubiera cada vez más mujeres, dio su voto de confianza a Meghan Markle, asegurando que podría ser una excelente candidata. “Por supuesto que lo será”, afirmó, tajante, Biden Owens, al ser cuestionada sobre el tema en mayo de 2022.
¿Qué tan probable es que Meghan Markle pueda sustituir a Dianne Feinstein en el Senado de Estados Unidos durante los meses que restaban en el escaño a la difunta política demócrata? La verdad es que son pocas, sabiendo que existen políticos de carrera que tendrían mayor potencial dentro del partido y experiencia probada para ocupar el cargo.
Sin embargo, tal y como lo mencionó un personaje cercano al gobernador de California, Gavin Newsom, en su país cualquier cosa podría pasar. “Meghan es una posibilidad remota, pero en la locura que es la política de Estados Unidos en estos días no es algo imposible. Cosas más locas han ocurrido”, señaló Vanitatis al respecto.
Y es que Newsom tendrá la encomienda de elegir a quien sustituya a Dianne Feinstein y, por lo pronto, distintos personajes cercanos a su gobierno ya anunciaron que competirán por la candidatura al Senado y eso podría hacer que el nombre de Meghan Markle escale posiciones en la lista del gobernador para elegir un reemplazo.
La posibilidad de que Meghan Markle llegue al Senado de Estados Unidos como sustituta de Dianne Feinstein no sería, para la esposa del príncipe Harry, el objetivo final de sus supuestas intenciones políticas y, de acuerdo con distintos reportes, podría tener sus ojos puestos en la Casa Blanca.
Desde muy niña, Meghan realizó distintas acciones que mostraron su lado comprometido con la sociedad y, sobre todo, temas relacionados con los derechos de las mujeres. De niña, envió una carta al gigante Procter & Gamble para reprobar una campaña publicitaria que señaló de sexista. También participó en protestas contra la Guerra del Golfo. Trabajó como defensora de la participación y liderazgo político de las mujeres, apoyada por la ONU. Además de que se ha pronunciado contra el racismo en distintas campañas y sumó su voz al movimiento Black Lives Matter, surgido tras el asesinato de George Floyd.
Todas estas acciones a lo largo de su vida apuntarían a que más allá de la fama y los títulos nobiliarios, Meghan Markle, quien actualmente tiene 42 años, tendría intenciones de ejercer el poder de forma real en su país, para lo cual ya habría tendido líneas con distintas figuras del partido demócrata, y tal vez buscaría convertirse en presidenta de Estados Unidos.
