La apariencia de las manos de la reina Isabel II , días antes de su muerte, en su última cita real, fue una clara señal del deterioro que había en su salud, aseguró la doctora Deb Cohen-Jones.
En una entrevista que concedió a FEMAIL y que reproduce Daily Mail, dijo que en las imágenes donde la fallecida monarca posó junto a la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, en el castillo de Balmoral, Escocia, a sus manos no se le veían un tono normal.