No sólo son brillo y elegancia: Las joyas más polémicas de la realeza británica
La realeza británica destaca no sólo por su elegancia y protocolos, sino también por su impresionante colección de joyas, las cuales se han visto rodeadas de algunas polémicas.
El brillo de la realeza británica nunca pasa desapercibido, y mucho menos cuando lucen sus impresionantes joyas. Cada una de ellas tiene una historia única, algunas son tan antiguas como el tiempo mismo y vinculadas a antepasados que fueron grandes nobles en su época.
Sin embargo, detrás de estas deslumbrantes piezas se ocultan algunos misterios y controversias como robos, conquistas y conexiones con otras casas reales. Deja te contamos sobre las polémicas joyas de la realeza británica.
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Las joyas más polémicas de la realeza británica
El Diamante Koh-i-Noor
Un tesoro real y una disputa histórica. Con una fascinante historia que se remonta al siglo XIV en la India, el diamante Koh-i-Noor de 105,6 quilates llegó a manos de la reina Victoria en 1849.
Se dice que la mítica piedra preciosa es la de los cuentos Bhagavad Purana de Krishna, uno de los dioses más importantes de la cultura hindú, por lo que se cree tiene poderes.
Debido a su incierto origen ha sido robado en múltiples ocasiones y el que ahora pertenezca a la Corona británica fue el producto de querer demostrar su poder, dejando claro que no sólo les pertenecía la India, sino también su joya más preciada.
Hoy en día, esta preciosa gema adorna la Corona de la Reina Madre y se exhibe en la Torre de Londres como parte de las joyas de la Corona de la familia real británica. Sin embargo, su origen incierto ha generado controversias y disputas con India, Pakistán, Irán y Afganistán, quienes aseguran les pertenece.
A pesar de haber sido usado en coronaciones previas, la reina Camila no quiso portarlo en ninguna pieza durante su coronación.
Pendientes candelabro de Meghan Markle
Estos llamativos pendientes tienen una polémica historia, que además puso en el foco a Meghan Markle .
Durante la gira real por Australia en 2018, la duquesa de Sussex lució unos impresionantes aretes que al parecer fueron un regalo del príncipe heredero de Arabia Saudita, conocido por las acusaciones realizadas en su contra ya que estuvo relacionado con el asesinato de un periodista estadounidense, el que cual indigno al mundo sólo tres semanas antes del evento.
Se reveló que los pendientes fueron un regalo de bodas del príncipe heredero Mohammed Bin Salman, contrario a lo que declaró Markle, ya que aseguraba fue un préstamo a la Corona británica, por lo que "desconocía" la relación con el príncipe saudí.
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Tiara de la Gran Duquesa Vladimir
Una tiara majestuosa con un pasado intrigante. Esta imponente tiara fue una de las favoritas de la Reina Isabel II y la usó a lo largo de todo su reinado.
Originalmente fue propiedad de la Gran Duquesa María Pávlovna de la Rusia Imperial, quien era conocida por su impresionante colección de joyas, sin embargo, cuando el zar fue obligado a abdicar tras la imposición del gobierno de Lenin, sus joyas se quedaron atrás, aunque luego se reveló que fueron rescatadas por un oficial británico que era cercano a ella.
Al morir, las joyas fueron vendidas para mantener a sus hijos y en el caso de la tiara, fue comprada por la reina María, abuela de la reina Isabel II.
Debido a que en el traslado sufrió daños, la reina mandó repararla y añadió 15 esmeraldas, cuyos soportes tienen un mecanismo para que se puedan cambiar por perlas si su portadora así lo desea.
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Broche de Plumas
Un broche conmemorativo que cuenta una emocionante historia y marca uno de los títulos nobiliarios más importantes de la realeza británica.
En 1935, el rey Eduardo VIII obsequió a Wallis Simpson, quien fue conocida por ser su amante, un deslumbrante broche de plumas, adornado con diamantes, que representaba su época como Príncipe de Gales.
Tras su abdicación y posterior muerte, todas sus joyas fueron subastadas en 1987 en Ginebra, Suiza. El entonces, príncipe y ahora Rey Carlos III, intentó adquirir el broche, pero fue la icónica actriz Elizabeth Taylor quien lo obtuvo por más de $623 mil dólares.
Años después, tras el fallecimiento de Taylor, el broche volvió a ser subastado, alcanzando la sorprendente cifra de 1,3 millones de dólares.
Broche de Plumas Príncipe de Gales
Esta joya es el otro broche que hace honor al título del príncipe de Gales. Fue regalado a la esposa del príncipe Eduardo VII por la sociedad Ladies of the North Wales como un regalo de bodas. En la joya se encuentra el emblema del Príncipe de Gales el cual tiene tres plumas rodeadas de un pergamino con la frase Ich Dien que significa "yo sirvo", este tiene 18 diamantes y pequeñas esmeraldas, además de una gran esmeralda colgante.
Este broche perteneció a la reina María de Teck, posteriormente a la reina Isabel quien a su vez se lo regaló a Lady Di el día de su boda, sin embargo, al culminar su divorcio con Carlos tuvo que decir adiós a esta icónica pieza que solía usar como un colgante.
La controversia más grande y que ha generado molestia en los británicos es que ha sido usado por la reina Camila, justo de la misma forma en la que lo hacía la princesa Diana.