Reyes y príncipes aman presumir a sus herederos... siempre y cuando no hayan nacido fuera del matrimonio. Muy a su pesar para todos estos royals, han salido a la luz los frutos de sus romances extramaritales, con lo que han puesto a temblar a sus respectivas casas reales.
En la actualidad, los hijos ilegítimos de la realeza podrán no ser un tema que escandalice a nadie, pero sí un asunto que incomoda los valores de las familias que se ven afectadas.
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Los hijos ilegítimos de la realeza
Alberto de Mónaco
Por muchos años lo llamaron “príncipe playboy” gracias a sus múltiples conquistas. Tuvo en 2014 dos hijos con la princesa Charlene: Jacques y Gabriella, dando a Mónaco un heredero.
Sin embargo, años antes, en 1992, Alberto se convirtió en papá con el nacimiento de Jazmin Grace Grimaldi, a quien tuvo con una mesera llamada Tamara Rotolo.
Además, en 2003, tuvo a Alexandre Grimaldi-Coste con Nicole Coste, una sobrecargo de vuelo. Por haber nacido fuera del matrimonio, ninguno de sus dos hijos mayores forma parte de la línea sucesoria del principado de Mónaco.
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Juan Carlos de España y su ‘hija secreta’
Según el libro King Corp, el rey emérito Juan Carlos es papá de Alejandra de Rojas, quien habría nacido a finales de los años setenta. Ella creció sin saber de quién era hija y siempre quiso vivir en el anonimato. La familia del rey sabía de ella, pero lo mantuvo en secreto. Versiones aseguran que Juan Carlos presumía la inteligencia de su “hija secreta” a sus amistades, y su existencia eventualmente salió a la luz.
Sin embargo, la propia Alejandra negó todos estos dichos a principios de mayo pasado, según dio a conocer El País, y aseguró que las versiones que la señalan como hija ilegítima del rey emérito de España le han causado daño a ella y a su familia. El propio Juan Carlos aseguró que nunca tuvo una relación con la mamá de Alejandra.
De entre los supuestos hijos del rey, el más famoso fue Albert Solá, quien por años buscó ser reconocido, sin lograrlo. Murió de un infarto en 2022, días antes de aparecer en un programa donde hablaría de su relación con el papá de Felipe VI.
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Mark Phillips y la prueba de ADN que lo descubrió
La princesa Ana, única hija de la fallecida reina Isabel II, y el capitán Mark Phillips, se casaron en 1973.
Sus hijos, Peter y Zara, nacieron en 1977 y 1981. La pareja se separó ocho años después y prometieron que no se divorciarían. Sin embargo, en 1991, la neozelandesa Heather Tonkin, una maestra de arte, reveló que cinco años atrás había tenido una hija con Mark llamada Felicity.
Aunque él lo negó, una prueba de ADN confirmó su parentesco. El matrimonio de Ana y Mark no resistió y se divorciaron en 1992.
Alberto II de Bélgica y la princesa Delphine
Del largo affair de quien fuera rey de Bélgica con la baronesa Sybille de Selys Longchamps nació, en 1968, Delphine Boël.
Durante su infancia, papá e hija fueron relativamente cercanos, aunque se alejaron cuando ella llegó a la adolescencia, pues el rey deseaba preservar su matrimonio con la reina Paola.
En 2013, año en el que Alberto II abdicó, Delphine demandó ser reconocida como su hija, y fue hasta 2020 que recibió el título de princesa. Hoy es conocida como Delphine de Sajonia-Coburgo.