Con una ceremonia más modesta y algunos gritos de “Not our king” (“No es nuestro rey”) lanzados por manifestantes, este 5 de julio se llevó a cabo en Edimburgo, Escocia, la “segunda coronación” del rey Carlos III y la reina Camila.
¿Por qué Carlos III tuvo una segunda “coronación” en Escocia?
¿Por qué Carlos III tuvo una segunda “coronación” en Escocia?
Se trató, en realidad de una ceremonia de acción de gracias y honores al monarca de Reino Unido, con la particularidad de que en esta ocasión no se pone la corona sobre su cabeza, sino que ésta, junto con el cetro y la espada isabelina, símbolos de la investidura de Carlos, conocidos como Los Honores de Escocia, únicamente son presentados ante el rey.
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De acuerdo con agencias, a diferencia de la ceremonia en la que se celebró la coronación de la fallecida Isabel II, hace 70 años, en esta ocasión estuvo presente otro importante símbolo para los escoceses. Se trata de la Piedra del Destino, sobre la cual se coronaba a los antiguos reyes de Escocia.
¿Por qué no le pusieron la corona a Carlos III en su segunda coronación en Escocia?
La razón por la que en esta celebración no se colocó la corona a Carlos III, como ocurrió el pasado 6 de mayo en la Abadía de Westminster (en la que hubo retrasos, presencias incómodas y culminó con un gran concierto), se debe a que Escocia no se maneja como un reino independiente, por lo que repetir el acto sería “inapropiado e inexacto”, según explica Vanitatis.
Es por esta razón que la ceremonia se conoce con el nombre de Servicio Nacional de Acción de Gracias y Dedicación. El acto, al que además de los reyes acudieron William y Kate, príncipes de Gales, se realizó en la Catedral de San Giles. Se trata del mismo templo donde, hace 70 años, el pueblo de Escocia tuvo el mismo gesto con la fallecida reina Isabel II.
¿Lo hizo a propósito?
Asimismo, en esta región de Reino Unido, William y Kate son reconocidos con el título de duque y duquesa de Rothesay.
Según publica El País, antes de que Carlos y Camila llegaran a la Catedral de San Giles, provenientes del palacio de Holyroodhouse, la sede oficial del rey en Escocia, se llevó a cabo la llamada Procesión del Pueblo. Se trata de un desfile en el que participan ciudadanos que pertenecen al cuerpo de bomberos, maestros, guardias costeros, además de personal de salud y empleados de correos.
Todos ellos llegaron en avanzada a la catedral por el camino conocido como la Milla Real, seguidos por 700 miembros de las fuerzas armadas y decenas de caballos grey, de las caballerizas reales de Edimburgo, para dar paso a los royals.
Transcurrido el acto al interior de la Catedral de San Giles, hubo 21 cañonazos en honor de los reyes Carlos III y Camila y un contingente de nueve jets sobrevolaron la zona dejando detrás de sí estelas rojas, azules y blancas, representación de los colores de Reino Unido.