El castillo de Balmoral está reabriendo por completo al público luego de la muerte de la reina Isabel IIen septiembre, anunció la propiedad real.
Los fanáticos reales están listos para acudir en masa al castillo para rendir homenaje a la difunta monarca, y muchos planean viajes allí a medida que salen a la venta las entradas.
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Su Majestad pasó allí sus últimos días antes de fallecer a los 96 años, el 8 de septiembre. La residencia escocesa de los royals ocupaba un lugar especial en el corazón de la reina IsabeL, II, ya que pasaba mucho tiempo de calidad con su familia y vacaciones todos los veranos allí.
El castillo y la finca aislados se encuentran en el impresionante Parque Nacional de Cairngorms y se encuentran justo al lado del río Dee en el pueblo de Crathie, Aberdeenshire.
Sus terrenos ahora están reabriendo al público a partir del 1 de abril, con boletos que ofrecen acceso al salón de baile, exhibiciones y terrenos. Balmoral fue comprado por el esposo de la reina Victoria, Alberto, en 1852, y pronto se convirtió en el hogar escocés de la realeza.
Después de la muerte de Alberto en 1861, se convirtió cada vez más en el refugio seguro de Victoriadurante sus largos años de duelo. Desde entonces, la casa de las Tierras Altas ha ofrecido a la familia real un santuario tranquilo, donde pueden relajarse lejos de sus deberes.
El hoy rey Carlos III y su mamá la reina Isabel II pasaban sus vacaciones de verano en Balmoral.(WPA Pool/Getty Images)
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En el documental de 2016, Our Queen at Ninety, la nieta de la reina, la princesa Eugenia, dijo sobre Balmoral: "Es el lugar más hermoso del mundo. Creo que Granny es más feliz allí. Creo que realmente ama las Tierras Altas".
La difunta monarca y su esposo, el príncipe Felipe, pasaron mucho tiempo allí con sus hijos, y su nieto, el príncipe William, habló después de su muerte sobre los recuerdos felices que él y sus tres hijos también compartieron de vacaciones allí con su abuela.
Unos días antes de su muertes, Isabel II recibió a Liz Truss en Balmoral.(WPA Pool/Getty Images)
La reina normalmente residía en Balmoral durante unas diez semanas entre agosto y octubre, y completó allí su último compromiso oficial como monarca cuando celebró una audiencia con la primera ministra Liz Truss allí poco antes de su muerte en septiembre.