¿Qué pasó realmente entre la reina Letizia y el embajador de Irán?
Luego de que se hiciera viral el encuentro entre la soberana consorte y Hassan Ghashghavi, Quién te explica… si es verdad que el diplomático desairó a la ex periodista.
Un video del momento en que el embajador iraní en España saludó a la reina Letizia se volvió viral, luego de que los fanáticos reales confundieran su saludo tradicional con un "desaire irrespetuoso" hacia la royal.
Un saludo tradicional
La reina Letizia, de 50 años, y el rey Felipe VI ofrecieron ayer una recepción para el Cuerpo Diplomático de España en el Palacio de la Zarzuela, y se alinearon para saludar a sus invitados al comienzo.
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Las imágenes compartidas en Twitter muestran cómo el embajador de Irán en España, Hassan Ghashghavi, estrechó la mano del rey, pero colocó sus manos sobre su corazón y asintió con la cabeza a la reina.
Poner una mano en el corazón con un movimiento de cabeza o una leve reverencia se considera una forma educada de que un hombre salude a una mujer en Irán, pero algunos observadores reales se sintieron confundidos por la falta de un apretón de manos.
Se afirmó que Ghashghavi había sido "irrespetuoso", insistiendo en que la reina Letizia no parecía impresionada. "El desdén en su rostro no tiene precio", escribió un usuario, mientras que otro agregó: "Si las miradas mataran".
Sin embargo, otros se apresuraron a explicar que no había ninguna falta de respeto involucrada. "¿Cómo pudo 'rechazar' cuando la reina no extendió su mano?", consideró una persona. "Además, le hizo una reverencia respetuosa. Debemos familiarizarnos con las prácticas y valores de los demás", agregó.
Otra persona expresó: "Si su fe le prohíbe hacer algo, debe ser respetado con tolerancia, en lugar de imponerle sus propias creencias". Alguien más lo apoyó: "Qué basura en este hilo. Está claro lo que sucede, está claramente preestablecido y acordado si miras de cerca. Ella está esperando todo y no extiende su mano".
El mismo usuario destacó que el embajador "al pasar, se lleva la mano derecha al corazón e inclina la cabeza antes de continuar". Y es que, de acuerdo con los códigos de conducta iraníes, un hombre y una mujer no se darán la mano a menos que la mujer extienda su mano primero y el hombre esté dispuesto a corresponder el gesto.
Parece que Ghashghavi elegió esta opción desde que asumió el cargo de embajador en España en 2019, sin embargo, el singular saludo se hizo más evidente esta semana. Durante los últimos dos años, los Soberanosy sus invitados no pudieron darse la mano debido a las restricciones establecidas para frenar la propagación de Covid-19.
En 2021 y 2022, los invitados tuvieron que saludar a los monarcas desde una distancia de dos metros con mascarillas. Sin embargo, como este año volvieron a darse la mano, se hizo patente que el embajador de Irán en España decidió optar por otro saludo.
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Si bien Letizia parecía sorprendida por el movimiento del embajador, amablemente no lo dejó notar y centró su atención en el siguiente invitado. Aunque algunos acusaron al diplomático de desairar a la reina, sólo eligió saludarla de una manera con la que se sentía cómodo y que es ampliamente observada en su país.
Ghashghavi fue de las docenas de embajadores que acudieron al palacio real para asistir a una recepción ayer. La reina flanqueó a su esposo, el rey Felipe IV, en el evento, mientras la pareja saludaba a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en España.
El rey, de 54 años, junto con la reina, ofrecieron una calurosa bienvenida a decenas de delegados diplomáticos y sus cónyuges, y dedicaron casi diez minutos en total a estrecharles la mano. La siempre elegante Letizia usó una falda vaporosa de color rosa claro para la ocasión, que combinó con una blusa blanca con lazo en el cuello.
Con un aspecto elegante y sereno, la reina combinó la hermosa falda hasta el suelo con tacones de aguja del mismo color que su falda. Su maquillaje se veía impecable con ojos ahumados y labios naturales. Para completar la elegancia, su melena de color marrón oscuro estaba sujeta hacia atrás para mostrar sus llamativos aretes.
Las joyas están compuestas de piedras preciosas de color turquesa, blanco y rosa, también le dieron un guiño al tono rosado de su atuendo. Mientras tanto, el Felipe VI se veía elegante con un traje a la medida de tres piezas, que presentaba un chaleco gris y pantalones a rayas grises a juego. Completó con una camisa blanca impecable.