La reina Margarita de Dinamarca dio su tradicional discurso de Año Nuevo, después de la crisis familiar que ocasionó su decisión, hecha pública el pasado mes de septiembre, de retirar los títulos de príncipes a los cuatro hijos de su hijo menor Joaquín.
La soberana lamentó las dificultades que esta medida había ocasionado en su relación diaria con sus queridos nietos, pero volvió a defender la necesidad de adelgazar la institución monárquica y, además, de dar a los ya expríncipes libertad para que puedan definir su futuro sin restricciones.
Este martes se pronunció por primera vez el mayor de los afectados, Nicolás, primogénito de Joaquín y de la condesa Alexandra, de la que el príncipe se divorció en 2004. En conversación con el medio danés BT, el joven de 22 años no disimuló su decepción y la resignación con la que afronta este año tan significativo para él, aunque evitó criticar abiertamente a su abuela al tiempo que agradecía los años en que ha podido presentarse ante el mundo como príncipe de Dinamarca.
"Es una sensación extraña y una situación que preferiría no haber vivido. Pero es lo que hay. A lo largo de toda mi vida, podré decir con orgullo que durante unos años se me permitió ser príncipe de Dinamarca", expresó el guapo aristócrata, quien empezó a destacarse, al igual que su hermano menor Félix (20), en la industria de la moda.
Nicolás y Félix, así como sus hermanastros Henrik (13) y Atenea (10), fruto del segundo matrimonio de Joaquín con la princesa Marie, ya no aparecen en la página web de la casa real danesa en calidad de príncipes, sino como condes de Monpezat, un título que heredaron directamente de su fallecido abuelo, el príncipe consorte Enrique, y del que la reina Margarita espera que exhiban con el mismo orgullo.
Con el paso de los meses, la relación entre la jefa de la casa Glücksburg y su hijo Joaquín se ha ido destensando, o al menos sus diferencias se han calmando ya en la más estricta intimidad.
Este domingo, el príncipe acudió en solitario al banquete que organiza la familia real con motivo de la llegada del año nuevo: una actitud que contrasta con la airada reacción que, solo tres meses antes, protagonizaba ante los medios a raíz del injusto "castigo" que, a su juicio, habían recibido sus retoños. "¿Por qué debe eliminarse su identidad? ¿Por qué han de ser castigados de esta forma?", se preguntaba frente a las cámaras que le abordaron a la salida de la embajada danesa en París, donde todavía trabaja.