Este año, las celebraciones navideñas de la casa real británica están claramente marcadas por dos ausencias, la de la difunta Isabel II , quien falleció el pasado 8 de septiembre en el castillo de Balmoral, y las de unos duques de Sussex que se encuentran en el ojo del huracán tras el estreno de una serie documental repleta de reproches y críticas a la institución monárquica.
El príncipe Luis podría debutar en el tradicional paseo navideño por Sandringham
Quizá para desviar la atención de la guerra abierta que se libra ya entre Harry y Meghan, por una parte, y los dos representantes más destacados de la familia Windsor tras el deceso de la longeva soberana, el rey Carlos III y el príncipe de Gales, los Windsor han decidido recurrir a los miembros más jóvenes de la familia para que derritan los corazones de los británicos en esta época navideña.
Tanto es así, que el príncipe Luis, el hijo menor de William y Kate, hará acto de presencia, por primera vez en sus cuatro años de vida, en ese tradicional paseo, al que están invitados fotógrafos y periodistas, que culminará con la entrada de todos los royals en la iglesia de St Mary Magdalene, a solo unos metros de la finca familiar de Sandringham.
Según el diario Daily Mirror, la decisión no es aún definitiva y se tomará escasas horas antes del día de Navidad. A menos que las circunstancias cambien notablemente y se aconseje cancelar su aparición, el pequeño Luis seguirá los pasos de su hermana Charlotte, quien también debutó con solo cuatro años, en 2019, en uno de los posados más esperados de la familia real.
Ese mismo año, el citado acontecimiento no estuvo exento de polémica, ya que Isabel II no dudó en acudir al servicio religioso del brazo de su hijo Andrés, quien ya se veía asediado por la prensa a cuenta de su preocupante amistad con el fallecido empresario Jeffrey Epstein y por las duras acusaciones que ya le había dirigido Virginia Giuffre, quien sostiene que el hermano del actual monarca abusó sexualmente de ella a principios de la década de los 2000.
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Tras dos años de ausencia por la pandemia, los Windsor tratarán de ofrecer nuevamente una imagen de armonía y unidad con su reunión anual en la famosa propiedad de Sandringham, situada en el condado de Norfolk.
A pesar de la tormenta mediática provocada por los Sussex, desde palacio ya se ha dejado muy claro que nadie de la familia real hará declaraciones acerca de los temas tan significativos que se abordan en el documental, como los testimonios que ahondan en el racismo institucional que seguiría envenenando la monarquía a día de hoy. Para el nuevo rey y su círculo más íntimo, la mejor respuesta reside en el silencio y en cumplir la agenda oficial.