La mamá de Meghan Markle se sentó por primera vez delante de una cámara para hablar de su hija en el documental de los duques de Sussex, que acaba de estrenar su última parte en Netflix.
La trabajadora social no pudo contener las lágrimas mientras hablaba de lo duro que resultó para la actriz adaptarse a su rol institucional y de los pensamientos suicidas que acabó experimentando cuando la presión se hizo insoportable.
"Que ella pensara que no quería seguir viviendo, eso… no es fácil para una mamá. No es fácil escuchar algo así. Y me repetía: 'No puedo protegerla. No puedo protegerla'", ha aseguró Doria.
Meghan tocó fondo después de acudir a un compromiso oficial en Liverpool. Hasta aquel momento era consciente de que su papá estaba concediendo exclusivas a la prensa afirmando que lo había eliminado de su vida sin darle la oportunidad de explicar sus acciones, como el cobrar a escondidas por posar para los paparazzi.
Sin embargo, ese día descubrió que esas historias recibían más crédito del que se había imaginado inicialmente cuando una mujer la paró por calle mientras daba un paseo para decirle: "Lo que le estás haciendo a Thomas no está bien. Fue la primera vez que pensé: 'Dios mío. La gente se cree de verdad estas cosas'", explicó la duquesa.
Meghan aseguró que en ese momento el comentario "me sacudió hasta la médula. Estaba realmente asustada. Fue como... todo esto se acabará si yo no estoy aquí".
El príncipe Harry se sintió "enfadado y avergonzado" por los sentimientos de su esposa, pero en retrospectiva reconoce que no manejó las cosas "particularmente bien" porque Markle necesitaba mucho más de lo que él era capaz de ofrecerle.
La postura que se adoptó desde el Palacio de Buckingham tampoco ayudó: aunque todo el mundo sabía lo que estaba pasando, la actitud general fue restarle importancia y culpar a la duquesa por no saber "lidiar con ello".
"Fue devastador. Nunca pensé que llegaría tan lejos, y el hecho de que lo hiciera… me enfadé y también estaba avergonzado. No lo afronté especialmente bien. Lo afronté como el Harry institucional y no como Harry su esposo. Y lo que guio mis sentimientos fue mi papel institucional", admitió el duque de Sussex.
