A finales de 2019 los duques de Sussex tenían claro que querían empezar una nueva vida en el extranjero, lejos de las responsabilidades y presiones de su rol institucional, pero por aquel entonces aún estaban abiertos a la posibilidad de negociar los términos de su distanciamiento de la monarquía para que no fuera necesariamente una salida definitiva.
Según revela el príncipe Harry en los últimos episodios de su documental para Netflix, la reina Isabel II estaba enterada de los problemas que estaban afrontando porque él mismo se lo había explicado en numerosas ocasiones, y ella los invitó a quedarse en Inglaterra para hablar del asunto.