Un inesperado regreso… Sissi es la emperatriz austriaca del momento

La joven Sissi se casó con el emperador Francisco José I de Austria a los 16 años, un matrimonio que la empujó a la vida formal de la corte estricta de los Habsburgo, para la que no estaba preparada, y fue objeto no sólo de crítica sino de una gran sin número de humillaciones y malos tratos.

Principalmente de su suegra la archiduquesa Sofía (curiosamente hermana de su mamá). Excéntrica y educada en los valores de la creatividad y la aventura, el aburrimiento de la vida real no fue rival para Sissi.

En un acto de desafío, la emperatriz comenzó a fumar, beber, asistir a fiestas, rodearse de personajes polémicos de la época y hacer gimnasia durante su matrimonio, lo que hizo que se convirtiera en una víctima renuente de los chismes.

Considerada hermosa en su época y con elegantes facciones de la realeza, a menudo se acreditaron con el mantenimiento del interés público en la corte austriaca. La suegra de Isabel, la infame archiduquesa Sofía, escribió una vez sobre Sissi: "Es la emperatriz quien los atrae a todos. Porque ella es su alegría, su ídolo".

De hecho, Isabel fue tan recordada por su belleza, que en 1955, Romy Schneider fue elegida para interpretar a la emperatriz en la amada película alemana Sissi, (de la que se hizo una trilogía) que se centra en la radiante apariencia de la royal y ofrece un retrato teñido de rosa de ella.

También de la relación con su marido, interpretado por Karlheinz Böhm. La carrera de la actriz austriaca despuntó y su final en 1982 fue tan trágico como el de la heroína que la hizo famosa.

Sus secretos de belleza

Sin embargo, la joven emperatriz estaba lejos de la combinación óptima de belleza y buena salud. Sufría de un trastorno alimenticio y una depresión severa (o "melancolía", como se la denominó en el siglo XIX) como resultado de la falta de estímulo de la vida en el palacio.

Además de un vigoroso régimen de ejercicios, la emperatriz practicó varias exigentes rutinas de belleza, una de las cuales incluía un ritual capilar de tres horas. Incluso después de cuatro embarazos, Isabel mantuvo su peso en aproximadamente 110 libras y mantuvo una cintura de 16 pulgadas por el resto de su vida.

La presión para mantener su buena apariencia pasó factura a la joven, a quien sus compañeros cortesanos describieron como "elegante, pero demasiado delgada" y "extremadamente infeliz". Además con el tiempo desarrolló otra obsesión.

En un intento por preservar su piel juvenil y su tez radiante, Isabel preparaba sus propios compuestos y cremas de belleza. Su favorito personal se llamaba Crème Céleste y estaba compuesto por cera blanca, aceite de almendras y agua de rosas; un brebaje en el que aparentemente confiaba podría preservar para siempre su belleza natural.

Su triste final

A la emperatriz le aterraba envejecer y su relación con el emperador Francisco José no hizo nada para suavizar su miseria. A pesar de lo que podría haberse mostrado en la relación en pantalla como la de cuento de hadas.

Isabel era tan infeliz ante la perspectiva de su matrimonio, que en los minutos posteriores a su boda, se vio a la joven novia llorando desde su carruaje mientras pasaba por las procesiones de emocionados austriacos.

Una vez en palacio, su suegra autoritaria, su marido aburrido y la repentina muerte de su pequeña hija, Sophie, causaron a Sissi un gran dolor emocional. Más adelante, la emperatriz pasaría por una mayor tragedia con la pérdida de su único hijo, Rodolfo, en un asesinato-suicidio en 1889, (capítulo de los Habsburgo que no ha quedado claro)

Como era de esperar, Isabel decidió escaparse a Hungría en episodios extremos de tristeza, donde pudo recuperarse de su dolor y escapar de su infeliz matrimonio. Fueron esto y los libros lo que le dio a la realeza algo de alivio durante su vida.

A lo largo de sus oportunas rutinas de cabello, Isabel aprovechaba las horas para aprender idiomas; hablaba inglés y francés con fluidez, y agregó griego moderno a sus estudios húngaros.

Según los informes, la emperatriz compartió una vez con su tutor griego: “La peluquería lleva casi dos horas, y mientras mi cabello está ocupado, mi mente permanece inactiva. Tengo miedo de que mi mente se escape por el cabello y entre los dedos de mi peluquera. De ahí mi dolor de cabeza después".

Como tantas mujeres que la precedieron y la sucedieron, los relatos históricos sobre la inteligencia de Isabelse han descuidado un poco. Al tener dificultades para conciliar el sueño, Sissi pasaba horas leyendo y escribiendo por la noche.

Con un interés particular en la historia, la filosofía y la literatura, la emperatriz se encariño con el poeta lírico alemán y pensador político radical Heinrich Heine, cuyas cartas coleccionó y que la inspiraron a escribir poesía.

La trágica vida de la emperatriz Isabel terminó en una muerte igualmente trágica después de que fuera asesinada con una lima de aguja en 1898. Dejando atrás un legado de belleza y excentricidad; ahora es recordada a través de pinturas y fotografías que, en un intento por mantenerse joven para siempre, rechazó tomarse después de los 30 años.