El príncipe Andrés una vez más le gritó a un oficial de protección real, llamándolo: "¡gordo, idiota!", según un nuevo documental.
Paul Page, quien trabajó como oficial de protección real de 1998 a 2004, recuerda en el documental Prince Andrew: BANISHED, que él y otros policías que estaban de servicio en el Palacio de Buckingham se sorprendieron por la cantidad de mujeres que visitaban a las habitaciones privadas del príncipe.
Publicidad
"Solíamos bromear diciendo que debería tener una puerta giratoria en su dormitorio", aseguró Page. "La cantidad de mujeres que entraban y salían de allí, literalmente, cada dos días alguien venía a verlo… una diferente cada vez".
Paul explicó que una mujer apareció una noche y les dijo a los oficiales que estaba allí para encontrarse con Andrés. Ellos se disculparon y explicaron que no podían permitir la entrada hasta que tuvieran la confirmación de su personal. La mujer se ofreció a llamar a Andrés.
"Podíamos escuchar la conversación. De todos modos, dijo: 'Pon a uno de los oficiales'. Uno de mis colegas tomó el teléfono. Gritó a todo pulmón: 'Escúchame, gordo idiota. Si no dejas entrar a mi invitada, voy a bajar'". Page afirma que la mujer anónima se puso roja de vergüenza antes de subir a las recámaras de la realeza.
"Uno pensaría que un miembro de la familia real tendría algún tipo de decoro y respeto por el personal que está allí y pagaría para protegerlos y cuidarlos. (Con Andrés) simplemente no hay ninguno, ninguno en absoluto. Él es simplemente una persona horrible. Es un bully", aseguró Paul.
En 2009, Page fue encarcelado luego de una estafa inmobiliaria multimillonaria. Los fiscales dijeron que creó una empresa fraudulenta, engañó a amigos, colegas y familiares para que invirtieran y luego usó los fondos para apoyar su adicción al juego.
También en el documental, un ex diplomático en Bahrein recuerda que cuando Andrés lo visitó, trajo una tabla de planchar de seis pies y un ayudante cuyo único deber era planchar los pantalones de la realeza.
Publicidad
El príncipe Andrés, de 62 años, se casó con Sarah Ferguson en 1986 y comparten dos hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia. La pareja se separó en 1992 antes de finalizar su divorcio cuatro años después. El documental afirma que después de su separación, el royal estuvo a la altura de su apodo de soltero, Randy Andy.
“El gossip de las cenas era que no podía mantener los pantalones cerrados", dice la periodista Helen Kirwan-Taylor. El biógrafo real Phil Dampier, mientras tanto, anota sobre el príncipe: "Él nunca ha fumado ni tomado drogas ni bebido alcohol, pero lo único que le gusta es el sexo".
El documental también profundiza en la notoria amistad de Andrés —quien se decía que era el hijo favorito de la reina Isabel II, que murió el 8 de septiembre a los 96 años— con Ghislaine Maxwell y Jeffrey Epstein, quien aparentemente se suicidó en 2019.
Maxwell actualmente cumple una condena de 20 años por preparar a niñas para que Epstein abusara de ellas.
Andrés fue acusado de agredir sexualmente a Virginia Roberts Giuffre, una joven de 17 años que supuestamente había sido traficada sexualmente por Epstein y Maxwell. A principios de este año, el príncipe le pagó un acuerdo de 12 millones de dólares después de que Giuffre lo demandara por abuso sexual.
Como resultado, el duque de York renunció como miembro trabajador de la familia real y le quitaron sus títulos y deberes militares. Al duque caído en desgracia se le permitió usar su uniforme militar para la vigilia de su difunta mamá, pero no para su funeral.