Sandy y Muick, los corgis de Isabel II, estuvieron con ella hasta el final
En su lecho en el Castillo de Balmoral, a la soberana más longeva del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte la acompañaron los seres que más amaba.
Los queridos corgis de la reina Isabel II estuvieron con ella hasta el final. La difunta monarca, que murió el 8 de septiembre a los 96 años, se consoló en compañía de sus cachorros, Sandy y Muick, mientras se preparaba para dar su último suspiro.
Los perritos se los había regalado el príncipe Andrés (quien ahora se hizo cargo de su cuidado), y sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia.
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"Los queridos corgis de la reina Isabel II estuvieron con ella en sus últimas horas en su habitación en Balmoral", aseguró una fuente cercana a la Casa Real de Windsor y agregó que la pareja "estaba allí para consolar a la reina".
Además de sus corgis, Isabel II también pudo ver a su hijo mayor, el rey Carlos III, a su hija, la princesa Ana, y a Camila, la reina consorte, antes de morir. Otros miembros de la familia real, incluidos sus nietos, el príncipe William y el príncipe Harry, viajaron a Balmoral tras la noticia del deterioro de su salud, pero lamentablemente no llegaron a tiempo.
Sandy y Muick también fueron vistos esperando lealmente a su difunta dueña cuando el ataúd de la reina regresó al Castillo de Windsor antes de su entierro la semana pasada. El momento fue "conmovedor", dijo el Dr. Roger Mugford, un psicólogo animal que trabajó anteriormente con los perros de la reina.
Isabel II fue conocida durante mucho tiempo por su amor por los perros, y Mugford cree que es algo que probablemente le trajo alegría a medida que su salud empeoraba. "Fue tan encantador que, en sus últimos años, tuviera dos pequeños corgis y otros perros a su alrededor", dijo recientemente.
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"No hay duda de que cualquiera de nosotros, en cualquier etapa de nuestra vida, pero particularmente cuando se siente como si estuviera en declive y estresante… poder alcanzar y acariciar y ser amado por un admirador acrítico, que es un perro, es un gran consuelo", abundó Roger.
Poco a poco se saben más detalles del complejo día que atravesaron la familia real británica el pasado 8 de septiembre, como el entonces príncipe Carlos y su esposa Camila; él se enteró del deterioro de la salud de su mamá casi al mismo tiempo que el mundo y su esposa tuvo que cancelar una entrevista para salir a toda prisa a Balmoral en helicóptero.
El rey Carlos III, Camila, reina consorte, y la princesa real Ana, que no se despegó del lecho de su mamá en sus últimas 24 horas, así como sus queridos corgis estuvieron al lado de la difunta reina, y aunque tarde también estuvieron en esa íntima y dura vigilia, sus amados nietos William, Harry, y sus hijos Andrés y Eduardo.