¿Podría la reina Isabel II ser canonizada como Santa Isabel de Windsor?, es la pregunta que lanza Ephraim Hardcastle, columnista real del Daily Mail a dos semanas de la muerte de la monarca en la residencia real del castillo de Balmoral.
“Si se tuviera la intención de hacerlo, este es el mejor momento posible para comenzar”, escribe en respuesta, Charles Moore en la revista semanal británica The Spectator para luego resaltar que la Iglesia de Inglaterra, de la cual ella fue Gobernadora Suprema, acepta canonizaciones anteriores a la Reforma y podría reconocerla.
Publicidad
¿La reina Isabel podría convertirse en Santa?
Argumenta que Isabel II también poseía las dos calificaciones formales para la santidad: virtud heroica y dos milagros. "El mundo ya está lleno de personas que creen que la difunta Reina los curó de esto y aquello", añadió Moore.
¿Qué milagros hizo la reina Isabel II?
Asimismo, aseguró que la ansiedad de su primo se curó al ver el catafalco de quien fue la monarca del Reino Unido más longeva y la que reinó durante más tiempo.
A través de su columna que Charles Moore publicó este 23 de septiembre en el citado medio, reflexiona que si Inglaterra fuera un país católico, se alzaría el grito de canonización.
“Cuando murió el Papa Juan Pablo II, la multitud en la Plaza de San Pedro gritó '¡Santo súbito!' Y el Papa polaco fue hecho santo con una rapidez inusual”, comenta. De ahí que, cuestiona, “¿qué hay de Santa Isabel con Windsor como su Compostela?”.
“Bueno, no somos un país católico, y si lo fuéramos, Isabel II nunca se habría convertido en nuestra reina. A medida que crezca su culto, aparecerán muchos ejemplos póstumos”, dice.
Publicidad
¿Por qué se podría canonizar a la reina Isabel II?
Asegura que la Iglesia de Inglaterra, de la que fue Gobernadora Suprema, tiene una extraña posición sobre la santidad. Acepta canonizaciones anteriores a la Reforma, pero nunca ha tratado de aumentar su número (con una excepción importante y controvertida: el rey Carlos el mártir)”.
De ahí que si quisieran canonizarla es ahora o nunca, indicó para luego subrayar un ejemplo cercano en el que la reina, después de muerta, marcó la diferencia.
“Mi primo, Tom Oliver, ha sufrido durante mucho tiempo una ansiedad excepcional por contraer enfermedades. Trabajó duro, generalmente con éxito, para manejar esto y lleva una vida activa y fructífera; pero su preocupación se agravó con el Covid, particularmente porque es diabético y porque estaba ocupado en compromisos importantes que cargarían a su esposa si él muriera o quedara incapacitado. Hasta esta semana, Tom casi no había tenido contacto humano directo, excepto con la familia inmediata, durante más de 29 meses”, contó.
No obstante su situación, Charles Moore expuso que su primo decidió que quería presenciar el velorio de Isabel II, por lo que viajó desde la zona rural de Herefordshire e hizo cola entre la multitud durante 15 horas y sin sentarse nunca.
“Llegó a Westminster Hall mucho después de que cayera la noche y vio el ataúd. La maravillosa experiencia de la gracia le quitó el miedo. Lo que él llama ‘la sensación de peligro irracional’ se ha ido”, resaltó.
El columnista también se refirió al profundo amor que la reina Isabel II tenía por los perros y caballos al recordar que ella fue campesina y que por ello, tenía una conexión cercana con la tierra, otra más de sus virtudes que podrían colocarla en una posible canonización.
Cabe recordar que Reino Unido nunca se ha caracterizado por la presencia de la religión en la vida pública de los ingleses. Sin embargo, se define como un estado confesional identificado con la rama cristiana del anglicanismo a cuya cabeza se encontraba, hasta su fallecimiento el pasado 8 de septiembre, la reina Isabel II.