Como estaba previsto desde hace semanas y a raíz de los problemas de movilidad que la reina Isabel lleva meses experimentando, el Reino Unido vivió este martes un momento histórico al romperse una de las tradiciones constitucionales de la historia reciente del país.
En lugar de optar por la sala de audiencias del palacio de Buckingham, en Londres, la monarca recibió a la nueva primera ministra, Liz Truss, en el castillo de Balmoral, residencia veraniega de la soberana.