Como buen miembro de la realeza, el príncipe Johan Friso era un hábil esquiador, amante del deporte de invierno. En uno de sus recurrentes viajes a Lech, Austria, un lugar donde la familia real holandesa suele esquiar por ser pequeño y tener pocos turistas, fue sepultado por un alud y permaneció bajó la nieve durante más de veinte minutos antes de ser rescatado, lo que le causó un daño cerebral del cual nunca pudo recuperarse.
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Friso iba acompañado de uno de sus grandes amigos, Florian Moosbrugger. Como la alerta de avalanchas esos días era alta, Florian llevaba un instrumento especial, una bolsa de aire que le permitiría a su cabeza mantener a flote en caso de avalancha, a diferencia de Friso. Esto fue lo que le salvó la vida.
Afortunadamente, el príncipe llevaba un localizador que permitió a los rescatistas saber su ubicación, pero el tiempo que pasó sin oxígeno bajo la nieve fue demasiado.
Fue llevado de inmediato al Hospital de Innsbruck, en Austria, donde el parte médico fue devastador: “Los daños cerebrales después de permanecer más de 20 minutos bajo la nieve y después de media hora de reanimación son extensos, irreversibles, y se desconoce su alcance”. Más adelante fue trasladado a Londres, ciudad donde solía vivir.
Pasó más de un año en coma, desde febrero de 2012 hasta el 12 de agosto de 2013, cuando murió en el palacio Huis ten Bosch de La Haya.
Friso estaba casado con Mabel Wisse, por quien debió renunciar a su puesto en la familia real holandesa dado que, en su juventud, estuvo involucrada con un famoso criminal llamado Klaas Bruinsma.
El gobierno no permitía el enlace, pero el amor entre Friso y Mabel era tal que el príncipe prefirió dejar su lugar en la línea de sucesión al trono con tal de casarse con ella. Tuvieron dos hijas, Luana y Zaria.
La muerte de Friso no sólo causó gran conmoción en la familia: también se le atribuye un importante suceso. Y es que meses después del accidente, en enero de 2013, la reina Beatriz -realmente cercana a su hijo menor- decidió inesperadamente abdicar a favor de su primogénito, el príncipe Guillermo. “La responsabilidad de nuestro país debe recaer en manos de las nuevas generaciones”.
El resto es historia. En abril de 2013, Guillermo de Holanda se convirtió en rey, mientras Friso aún estaba en coma.