Antes de que todo se torciera y la pareja abandonara la monarquía británica, la boda de Harry y Meghan se vivió en 2018 como un acontecimiento que representaba la aparente modernización de una institución tan reacia al cambio.
Serena Williams confiesa el calvario que pasó antes de la boda de Meghan y Harry
Lo que la diferenció de otras bodas reales fue que reunió en un mismo lugar a miembros de la aristocracia británica que habían sido invitados por parte del novio con los amigos famosos de la novia, que volaron principalmente desde Los Ángeles para la ocasión.
Serena Williams pertenecía a este último grupo. Aunque siempre se ha puesto en duda lo unidas que estaban realmente las dos mujeres antes de que trascendiera la relación de Meghan con el príncipe Harry, lo importante es que la tenista no quiso perderse la ocasión y aprovechó para desafiar los cánones de belleza más anticuados apegándose al protocolo, pero llevándolo a favor.
"Lo más icónico de este look es que me dije a mí misma: 'Es una boda de la realeza, y tengo claro que voy a llevar trenzas'", confesó en una nueva entrevista a Vogue.
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Hicieron falta tres personas para trenzarle el pelo y recogerlo en una cola alta que le llegaba hasta los muslos, además agregó un tocado a juego con su vestido rosa Versace para cumplir con la tradición en los eventos de día.
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"Estaba tan cansada que decidí irme a dormir. Así que me acosté y las mujeres siguieron trenzando hasta la mañana siguiente, cuando por fin terminaron. Fue un proceso muy largo, pero mereció la pena, sin duda", aseguró.