La reina Isabel II salió de su hogar en Windsor, en muy pocas ocasiones desde el inicio de la pandemia lo ha hecho, aunado a sus crecientes problemas de movilidad . Pero ayer fue el día; fue acompañada por su hija, la princesa Ana, en una ocasión especial: inaugurar la clínica Thames Hospice.
Momento incómodo: a hombre le entra llamada mientras le daba la mano a Isabel II
La visita fue sorpresa, como lo hace la reina de unos meses para acá, para evitar cancelar de último minuto cuando no está en las mejores condiciones. Así que recibirla fue algo realmente inesperado para los pacientes y el staff que ahí se encontraban, y que tenían en mente reunirse únicamente con la princesa real.
En algún punto de la visita, la reina se acercó a saludar a la paciente Pat White y a su esposo. Cuando llegó el turno de darle la mano, mientras Isabel II lo miraba directamente, sonó el celular del hombre, quien de inmediato soltó la mano de majestad británica para poner su celular en silencio.
During her visit to formally open the Thames Hospice in Maidenhead the Queen chatted to cancer patient Pat White, whose husband's phone rang as they were being introduced. pic.twitter.com/QbrofgYx44
— PA Royal Reporters (@PARoyal) July 15, 2022
Aunque la intención de apagar el teléfono fue buena, lo que consiguió fue sorprender a la reina, quien se quedó observándolo por un par de segundos antes de volver a dirigir su mirada a la paciente, aparentemente sin tomarse muy en serio el incómodo momento.
Aunque no hay un protocolo específico para el uso de celulares cuando se convive con la familia real, lo más correcto será, sin duda, tenerlos apagados para evitar este tipo de contratiempos.
Sin importar lo sucedido, Isabel II continuó su visita, sonriente, como si nada hubiera sucedido, ayudándose de su bastón, que la ha acompañado los últimos meses en casi todo momento.
El hombre en cuestión no ha sido el único en tener un faux pas frente a un miembro de la familia real: recientemente, en una visita de los duques de Cambridge a Gales, uno de los vendedores del mercado que visitaron los llamó Will y Kate, a pesar de que lo correcto nunca será llamarlos por su nombre, sino "altezas reales", y en el caso de la reina, "majestad" o "señora"