Tuvo que pasar un año para que Isabel II conociera a su bisnieta Lilibet Diana, hija del príncipe Harry y Meghan Markle. Lilibet nació en California en junio de 2021, ya cuando los duques de Sussex estaban más que instalados en Estados Unidos, por lo que la monarca no había tenido la oportunidad de ver en persona a la bebé que lleva su nombre.
Para conmemorar la ocasión, los duques de Sussex preguntaron a la reina si podrían tomarles una fotografía juntas, a lo que Isabel II no accedió, y aunque suene como una reacción fría, la razón podría estar bien justificada.
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Según The Telegraph, la monarca de 96 años tenía un ojo rojo y no quería ser fotografiada así, ya que podría generar comentarios sobre su estado de salud.
“La pareja pensaba traer a su propio fotógrafo para capturar el primer encuentro entre la soberana, cuyo nombre de cariño es Lilibet, y su bisnieta”, contó la periodista Camilla Tominey al diario.
“Sin embargo, la reina intervino personalmente para evitar que se tomara una imagen oficial, supuestamente señalándole a la pareja que tenía un ojo rojo y no quería aparecer así en ninguna fotografía de uso público”, aseguró.
Se dice que, aunque sí estuvieron presentes los hijos de Zara Tindall y de Peter Phillips, ellos no se presentaron en el evento por compromisos relacionados con el Jubileo de Platino.
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“Había cierta reticencia entre los royals de admitir que habían tenido algo que ver con la fiesta de cumpleaños de Lilibet”, dijo otra fuente al Telegraph.
William y Kate estuvieron entre los ausentes, aunque su pretexto fue un evento en Gales al que acudieron con sus dos hijos mayores. En general, la recepción general de la familia real a los Sussex no fue precisamente cálida, dejando ver que aún se sienten las consecuencias de la explosiva entrevista que Harry y Meghan dieron a Oprah Winfrey.