El príncipe Carlos afirmó el viernes en la apertura de la reunión de los dirigentes de la Commonwealth que los Estados miembros eran libres de abandonar la monarquía y expresó su "tristeza" por el pasado esclavista de Gran Bretaña.
Esta cumbre se celebra en Ruanda, que se incorporó al Commonwealth en 2009, en un momento en que la asociación de los 54 Estados miembros atraviesa profundos interrogantes.
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En 14 de los Estados miembros, la reina Isabel II es la jefa del Estado, y algunos de ellos no ocultan su voluntad de distanciarse de la monarquía, en la estela de Barbados, que se proclamó república en noviembre de 2021.
"Dentro del Commonwealth hay países que han tenido lazos constitucionales con mi familia, algunos que siguen teniéndolos y otros que cada vez más tienen menos", declaró el príncipe Carlos, que representa a su madre, la reina Isabel II, jefa del Commonwealth.
"Quiero decir claramente que el régimen constitucional de cada miembro, como república o monarquía, depende únicamente de la decisión de cada Estado miembro", insistió ante decenas de líderes, entre ellos los primeros ministros británico, Boris Johnson, y canadiense, Justin Trudeau.
El heredero a la corona británica también reconoció que las raíces del Commonwealth "se adentran profundamente en el periodo más doloroso de nuestra historia". "No puedo describir mi tristeza personal ante el sufrimiento de tantas personas, mientras sigo profundizando mi comprensión de los efectos duraderos de la esclavitud", dijo.
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La cumbre está en plena polémica sobre un acuerdo de expulsión de migrantes clandestinos del Reino Unido hacia Ruanda, que ha suscitado la indignación de numerosas ONGs de defensa de los derechos humanos, de la ONU y de la iglesia anglicana.
La reunión, que debe concluir el sábado, debe ver la integración de dos nuevos miembros: Togo y Gabón.