En los últimos tiempos el núcleo duro de la familia real británica se ha ido reduciendo por deseo expreso del príncipe Carlos, el heredero al trono. Esta maniobra ha sido la excusa perfecta para librarse de paso de elementos incómodos, como el príncipe Andrés, cuya popularidad ha caído en picado desde que llegó a un acuerdo extrajudicial con la mujer que le acusa de haber abusado de ella cuando era menor de edad en el marco del red de prostitución del fallecido Jeffrey Epstein.
Los primos incómodos de Isabel II le dicen adiós a la vida pública
Otra figura que ha dado varios dolores de cabeza a Isabel II a lo largo de su reinado ha sido su primo Michael, príncipe de Kent. Él fue uno de los pajes en su boda con el duque de Edimburgo y se le considera uno de sus consejeros más fieles, pero también ha protagonizado más de un escándalo por sus conexiones con el Kremlin o las salidas de tono de su esposa Marie-Christine.
La buena noticia es que la soberana puede respirar un poco más tranquila ahora que el matrimonio planea retirarse de la vida pública, según afirma el periódico The Times. El motivo sería la avanzada edad del príncipe, que ya ha cumplido los 80 años.
Oficialmente ninguno de los dos forma parte de la 'nómina' de royals en activo, pero sí acuden a decenas de eventos cada año en los que utilizan sus títulos de Alteza Real, el mismo que Michael perdió por amor al casarse con su esposa, divorciada y católica, y que recuperó en 2013 gracias a un cambio en la ley de sucesiones.
La princesa Michael de Kent -ese es el título oficial de Marie-Christine- se convirtió en un auténtico problema a la hora de defender a la familia real de las acusaciones de racismo que el príncipe Harry y Meghan Markle realizaron en su contra tras desvincularse de la monarquía en marzo de 2020. Ella fue la persona que lució un broche conocido como Blackamoor o Moretti, original de Venecia en el siglo XVI, con el busto de un hombre negro. Estas piezas retratan normalmente a los afroamericanos como sirvientes y se consideró un insulto velado a Meghan, cuya madre es afroamericana, pero la princesa lo negó más tarde disculpándose si había ofendido a alguien.