Tuvieron que pasar seis meses para que, finalmente, se celebrara la esperada gala en honor al cumpleaños número 18 de la princesa Ingrid Alexandra, segunda en la línea de sucesión al trono de Noruega.
FOTOS: Lo más alto de la realeza europea reunida en los 18 de Ingrid de Noruega
El evento, llevado a cabo en el espectacular Palacio Real de Oslo, ha atraído a lo más alto de las casas reales de Holanda, España, Dinamarca, Suecia, Bélgica y Luxemburgo, además de las casas no reinante de Bulgaria y de Grecia, y aunque hubo algunos ausentes, puede decirse con certeza que la convocatoria ha sido más que exitosa.
No podían faltar los padrinos de Ingrid: el rey Felipe VI, que viajó sin la reina Letizia; el príncipe Federico de Dinamarca, acompañado por su esposa Mary; la princesa Victoria de Suecia, presente con familia completa; su tía, la princesa Marta Luisa de Noruega, que asistió con su prometido, el chamán Durek; y su abuela materna, Marit Tjsessem.
El rey Guillermo de Holanda, la reina Máxima y su primogénita, la princesa Amalia de Orange, fueron los primeros royals en confirmar su participación al gran evento.
Como el rey de España llegó sin la reina Letizia -quien canceló su presencia pero no dio mayor explicación- y sin su hija mayor, Leonor, fue Amalia, la futura reina, quien entró de su brazo al banquete.
Entre los invitados a la gala también estuvieron la reina Matilde de Bélgica y su primogénita, la princesa heredera Elisabeth; Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo, con su bebé, el príncipe Charles; Pablo y Marie-Chantal de Grecia, con su hija Olympia; y Kyril de Bulgaria. Sólo faltaron representantes del Reino Unido y de Mónaco, aunque la próxima semana Alberto y Charlene.
Ingrid Alexandra, usando la Gran Cruz de la Orden de San Olav y la espectacular tiara Boucheron, entró al salón del brazo de su abuelo, el rey Harald, que recientemente ha padecido algunos problemas de salud.
Le siguieron la reina Sonia, acompañada por su hijo, el príncipe Haakon, y unos pasos detrás iba la princesa Mette-Marit, madre de la festejada, con sus dos hijos, Marius y el príncipe Sverre Magnus a los costados.
Los discursos que ofrecieron los reyes, al igual que Ingrid, sacaron algunas lágrimas a Mette-Marit y hasta a Máxima de Holanda.
El príncipe Haakon miraba a su hija con ternura mientras decía algunas palabras cariñosas hacia sus abuelos paternos y su abuela materna. Agradeció la presencia de sus invitados por viajar desde varios rincones de Europa y cerró con un tradicional brindis noruego para dar comienzo a una noche de fiesta.