Una 'waking call', ¿qué implica la ausencia de Isabel II en el parlamento?
El papel de Carlos como (sin evocar la fórmula de) príncipe regente, pero con el recordatorio de que hay alguien más listo para ser monarca, si es necesario… fueron los mensajes hoy en Gran Bretaña.
Como nunca, hoy, el Reino Unido y el mundo entero recibieron una waking call de que su majestad británica, Isabel II, está consciente de que llegó la hora de dar un paso atrás en sus responsabilidades con la Corona. Eso sí, nadie podrá decir jamás que no cumplió a cabalidad su promesa hecha cuando tenía 21 años.
"Declaro ante todos ustedes, que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré a su servicio y al servicio de la gran familia imperial a la que todos pertenecemos", expresó la entonces jovencísima heredera al trono británico, poco antes de convertirse en Elizabeth Regina.
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En una de las mejores secuencias de The Crown en Netflix, el ideario de Peter Morgan nos dejó más que claro el espíritu de la dinastía Windsor (que incluso cambió su nombre para sobrevivir), con el "mensaje" que la reina María de Teck le envió a su nieta, al recibir la noticia de la muerte de su papa, Jorge VI.
"El deber llama… Y cuando llores a tu padre, también deberás llorar a otra persona. A Isabel Mountbatten. Porque hoy la sustituye otra mujer, la reina Isabel. Las dos Isabeles entrarán en conflicto a menudo. Pero la Corona debe ganar. Siempre debe ganar". Y sin dudas para Lilibethalways triunfó su sentido del deber.
No puso en duda, ni a riesgo de perder su matrimonio, el renombrar a la Casa Real con el apellido de su esposo, y aunque en lo personal son Mountbatten-Windsor, Isabel II mostró en ese momento y en prácticamente todos los que la han puesto a prueba como monarca, que su sentido del duty y la responsabilidad se sobreponen a todo.
Hoy, el compromiso anual más importante en la agenda de la reina: la apertura del parlamento mostró que, a pesar de ese compromiso —el más largo en la historia de Gran Bretaña para un soberano—, Isabel II es humana y a sus 96 años tuvo "por problemas de movilidad", infirmaron desde Buckingham, delegar su autoridad en su hijo.
El más longevo de los príncipes de Gales, Carlos, se sentó (eso sí) en el trono del consorte, ya que su mamá no invocó oficialmente, y probablemente no lo haga nunca, la fórmula del príncipe regente para su primogénito. Se estableció formalmente también que Camila será su reina, en la modernidad ese papel será digno también de análisis.
Pero hay además algo que llama la atención, el protagonismo que Isabel II ha querido darles a sus nietos, los duques de Cambridge, no ha sido fruto de la casualidad o de un favoritismo, la reina no se permitiría tal acto superfluo. La edad del heredero al trono no es un asunto menor.
Si comparamos, por muy frío que pueda sonar, la institución monárquica con la papal, el de Carlos será un reinado de transición, como sucedió por ejemplo con los papados de Juan Pablo I y el de Benedicto XVI; el príncipe de Gales allanará el camino para que su hijo William tome realmente las riendas del futuro de la Casa Real de Windsor.
Por eso a la derecha del trono del consorte y de la Corona imperial, la máxima representación del "Gobierno de su majestad", estaba quien realmente tiene sobre sus hombros la pesada tarea de llevar al siglo XXI a una institución que pareció quedarse estática e intocable, en gran medida por la labor de Isabel II todos estos años.
Carlos, luego de que su mamá firmó la Letter of Patent, que permite al príncipe, en su estatus de consejero de Estado, por única ocasión leer su discurso en el parlamento, tuvo que esperar a que el Black Rod tocase a la Puerta del Soberano y que los diputados de la Cámara de los Comunes aceptaran reunirse con él.
Realizada la histórica ceremonia, que pone de manifiesto que el parlamento no sigue las órdenes de la monarca, Carlos pudo leer el discurso de la reina y mostrar un guiño de lo que viene. La ausencia de Isabel II es dolorosa, pero habrá que adaptarse. Sólo queda, como Churchill hizo en su momento, invocar el himno: ¡Dios salve a la reina!