Nadie mejor que Kate Middleton para lucir espectacular en una aparición pública sorpresa, luciendo como si lo hubiera planeado tiempo atrás.
No se esperaba que la duquesa de Cambridge hiciera acto de presencia en la ceremonia conmemorativa del día ANZAC –donde se recuerda a los soldados australianos y neozelandeses caídos en batalla– a la que supuestamente asistiría sólo el príncipe William.
Como suele suceder, Kate dio de qué hablar con un look impecable de Alexander McQueen y zapatos Gianvito Rossi, firma que le hemos visto en varias ocasiones.
Varios detalles a notar aquí: vistió de blanco, en la abadía de Westminster, donde se casó hace casi 11 años –el 29 de abril los duques celebran su aniversario–, y con la misma firma británica que eligió para ese día.
Pero el accesorio que más llamó la atención fueron los aretes Collington, pertenecientes originalmente a Lady Di, con diamante y perla en forma de lágrima, un regalo que originalmente hizo el príncipe Carlos a una joven Diana Spencer antes de casarse.
El vestido tipo abrigo de McQueen tiene un significado especial para Kate: fue el mismo que utilizó en el bautizo de la princesa Charlotte en mayo de 2015. No es extraño que la duquesa “recicle” piezas y las haga ver como nuevas con el cambio de uno que otro accesorio.
En este caso, cambió el sombrero de aquella mañana de mayo por una diadema de tweed blanca con un lazo negro en la parte trasera, a cargo de la diseñadora Jane Taylor, con un precio de alrededor de 25 mil pesos mexicanos.
