Llegado el momento en que el príncipe de Gales ascienda al trono, existirá una gran posibilidad de que éste decida no tomar el nombre de “rey Carlos III”, como en teoría le correspondería.
El príncipe Carlos podría elegir no llamarse “rey Carlos”, ¿por?
La razón es que sus antecesores, los reyes Carlos I y Carlos II de Inglaterra no son recordados precisamente por sus hazañas, sino todo lo contrario. Carlos I, quien se convirtió en rey en 1625, disolvió el parlamento y reinó sin este por más de una década, lo que fue considerada la “tiranía de los once años”, tal como recuerda el Daily Mirror.
Carlos fue condenado por ser un “tirano, traidor, asesino y enemigo público de la nación” y fue degollado en 1649.
Su hijo, Carlos II, debió vivir en el exilio hasta su coronación en 1661 y, a pesar de ser popular, no tenía la mejor reputación. Lo llamaban el “alegre monarca” por su estilo relajado y buen humor. Pero tuvo al menos 14 hijos ilegítimos conocidos y su vida sentimental era desordenada y controversial.
Afortunadamente para el príncipe de Gales, tiene tres opciones entre las cuales elegir: Felipe, Arturo o Jorge, sus otros tres nombres. Según reporta el Mirror, fuentes cercanas a Carlos señalan que ha considerado usar el nombre Jorge, como su abuelo Jorge VI, el amado padre de la reina Isabel, o como su nieto, el príncipe George. Si así lo elige, pasaría a la historia como el rey Jorge VII.
Curiosamente, el nombre del rey Jorge VI era Alberto, pero dado que la reina Victoria dejó claro que no quería que nadie reinara con ese nombre para no eclipsar a su esposo, optó por usar Jorge, y además dar continuidad al legado de su papá, Jorge V.