Isabel prohibió que la captaran con Andrés, pero fotógrafo se salió con la suya
Al fotógrafo oficial de la misa del duque de Edimburgo se le solicitó inicialmente no capturar la entrada de la monarca a la abadía de Westminster, pero lo hizo de cualquier manera.
El servicio de acción de gracias en homenaje al duque de Edimburgo, llevado a cabo hace ya una semana, sigue dando de qué hablar. En particular, el momento en el que la reina entró a la abadía de Westminster del brazo de su tercer hijo, el príncipe Andrés, quien además viajó con ella desde Windsor.
La elección de la monarca fue cuestionada, por decir lo menos, dado que hace apenas seis semanas su hijo logró cerrar el caso de abuso sexualen el que estaba involucrado, gracias a un acuerdo extrajudicial, es decir, no pasó por la corte y no pudo probar su inocencia.
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Se especulaba cómo llegaría Isabel II a tan importante evento: se había dicho que lo haría en silla de ruedas, debido a sus ya conocidos problemas de movilidadactuales, o que entraría por alguna de las puertas traseras de la iglesia; incluso se creyó días antes del evento que tal vez no asistiría.
El fotógrafo de The Times, Richard Pohle, fue el único dentro de la abadía con autorización de tomar las imágenes oficiales, y dijo al diario que, inicialmente, Buckingham Palace le pidió que no tomara fotografías de la reina Isabel hasta que estuviera en su asiento. "Evidentemente, me resistí a la orden", relató el fotógrafo. "La orden venía de arriba y no dependía de ellos", agregó.
"Para alguien externo, podría sonar razonable. '¿Cuál es el problema?'. Podría preguntarse: '¿La reina merece privacidad en su edad avanzada?'. Pero si la BBC estaba transmitiendo el evento al mundo, creo que como único fotógrafo oficial debería poder tomar una fotografía", explicó.
"De no haberla tomado, los medios británicos me hubieran preguntado por qué". Cuando se enteró de que la reina llegaría con el príncipe Andrés, las cosas tomaron un tono más urgente para el fotoperiodista. "Eso lo cambió todo", escribió en el diario. "Tengo que fotografiar esto sí o sí".
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Finalmente, Pohle logró que le dieran permiso de hacerlo, aunque para lograrlo, dado que su ubicación no era la ideal, debió cambiarse de lugar, algo por lo que debió disculparse después pues es muy mal visto. "Es uno de los pecados capitales", contó.
"Sabía que sería la foto que los portales de noticias buscarían más. Volví a mi posición oficial, pasé frente al oficial de prensa que fruncía el ceño, y pedí disculpas", relató Pohle.