Llegó el esperado día para Isabel II y sí, pudo estar presente a pesar de sus recientes problemas de salud. El servicio de acción de gracias para el príncipe Felipe, quien murió en abril pasado a los 99 años, se llevó a cabo sin complicación alguna y con la presencia de todos aquellos que no pudieron asistir a su funeral debido a la pandemia.
Invitados top, reina presente y mini royals: así fue el homenaje a Felipe
La reina Isabel, al fin con la posibilidad de darle a su esposo la ceremonia que hubiera querido, viajó desde Windsor, su residencia de facto, acompañada por su hijo, el príncipe Andrés, en la que sería su primera aparición pública después de que estallara el escándalo por la demanda de abuso sexual de la que fue objeto. Se especuló con respecto a su presencia y, finalmente, no sólo asistió, sino que fue él mismo quien acompañó a su madre hasta su asiento dentro de la abadía de Westminster, llevándola del brazo.
Entre los invitados estelares del evento , cuya intención principal fue celebrar los años de servicio del duque con más de 700 entidades caritativas que tenían su respaldo, estuvieron los jefes de las casas reales más importantes. Uno a uno, aparecieron Felipe y Letizia de España, Felipe y Matilde de Bélgica, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, Alberto de Mónaco, Guillermo y Máxima de Holanda, acompañados por la madre del monarca, la reina Beatriz.
A diferencia del año pasado, cuando no pudieron asistir más que 30 personas al funeral del príncipe por las condiciones sanitarias –dejando una postal de la reina en duelo en solitario difícil de olvidar–, los Windsor hicieron acto de presencia casi al completo, empezando por el príncipe Carlos y Camila, duquesa de Cornwall, los duques de Cambridge, William y Kate, la princesa Ana y su esposo, Timothy Laurence, el príncipe Eduardo, hijo menor de la reina, con su esposa Sophie, las princesas Beatriz y Eugenia con sus respectivos esposos, Zara y Mike Tindall, Peter Phillips y los príncipes Eduardo y Michael de Kent, primos de la reina. También estuvieron presentes varios miembros de la familia extendida del duque de Edimburgo.
Una de las sorpresas del día fue la aparición de los mini royals, los más pequeños de los Windsor. Entre ellos, el príncipe George, tercero en la línea de sucesión al trono, con su hermana menor Charlotte –el más pequeño de los Cambridge, el príncipe Louis, se quedó en casa–, Mia Tindall –que saludó emocionada a su prima Charlotte al verla pasar–, Savannah e Isla Phillips, todos bisnietos de la monarca. Isla, segunda bisnieta de la reina, debió “compartir” su día, pues hoy cumple 10 años.
En cuanto a la política, no podía faltar el primer ministro inglés, Boris Johnson. Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, también hizo el viaje a la capital británica.
Grandes ausentes
Por supuesto, también hubo ausencias sensibles. En primer lugar, indiscutiblemente, el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes optaron por no hacer el viaje desde California. Harry ha expresado que “se siente inseguro” de visitar el Reino Unido con su familia sin obtener protección policial del estado, mismo que se niega a ofrecérsela debido a que ya no es un miembro activo de la familia real.
Existía la posibilidad de que la reina Sofía, familiar del duque, viajara desde España con los reyes, pero no fue así. Tampoco se presentó Charlene de Mónaco, quien recién regresó al principado después de una larga temporada en rehabilitación, por lo que el príncipe Alberto llegó en solitario.
Otra cara conocida que no vimos en la Abadía fue a Sarah Ferguson, ex esposa del príncipe Andrés y con quien aún vive en Windsor. Se cree que se quedó en el Royal Lodge al cuidado de sus dos nietos, Sienna y August, hijos de las princesas Beatriz y Eugenia.
Quienes habían confirmado pero finalmente debieron cancelar fueron los reyes de Noruega, Harald y Sonia, dado que el monarca de 85 años dio positivo en coronavirus hace algunos días. Tampoco se vio a los reyes de Jordania, Abdalá y Rania, o a los emperadores de Japón.