Ser parte de la realeza no exime a sus miembros de protagonizar pleitos familiares por alguna propiedad. La prueba está en la historia que han liderado desde hace un tiempo Ernesto de Hannover, esposo "en papel" de Carolina de Mónaco, y su hijo, Ernesto Augusto, y que tuvo avances importantes esta semana.
En 2004 Ernesto de Hannover, jefe de la extinta casa real que lleva su apellido —y que reinó en Inglaterra hasta la ascensión de la reina Victoria— le heredó en vida a su primogénito, Ernesto Augusto, el emblemático castillo de la familia: Marienburg, un regalo del rey Jorge V de Hannover a su esposa, la princesa María de Sajonia-Altenburgo.