Ciertos rituales jamás cambiarán, y mucho menos en una familia como los Windsor. Cuando uno de los miembros de ésta comienza una relación, ya debe tener en mente si ésta gustará o no a Isabel II.
Ella es la millonaria novia del nieto de la reina Isabel II
Peter Phillips, primer nieto de la reina e hijo de la princesa Ana, volvió a encontrar el amor con una vieja amiga de su hermana. ¿La mejor parte? Es del agrado de la monarca.
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Para suerte de Peter Phillips, el nieto mayor de la reina e hijo de la princesa Ana y el capitán Mark Phillips, así ha sido. Se ha confirmado que Peter ha presentado a Lindsay Wallace, con quien lleva saliendo casi un año. Según reportes de un diario británico, el “cálido” encuentro sucedió en una fiesta de tiro en Windsor y la reina estaba “encantada” de conocerla.
¿Quién es Lindsay Wallace?
La conquista del nieto de la reina tiene 41 años y es hija de un magnate petrolero muy religioso. Peter la conoce desde la infancia pues es una de las mejores amigas de su hermana menor, Zara Tindall, con quien estudió en el prestigioso colegio Gordonstoun en Escocia, en cuyas filas también estuvieron el príncipe Carlos y el duque de Edimburgo.
En marzo de 2021, Peter rompió el aislamiento por la pandemia, obligatorio entonces en Reino Unido, para ir a visitarla a Aberdeenshire, Escocia. Los vecinos llamaron a la policía y desde entonces se le tiene en la mira.
Lindsay no es una desconocida para la familia real, pues durante estos meses ha podido estar presente en eventos importantes, como en el bautizo conjunto de August Brooksbank, hijo de la princesa Eugenia, y Lucas Tindall, el bebé de su amiga Zara y su esposo Mark Tindall.
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Al igual que Peter, de 43 años, Lindsay tiene dos hijos, y sigue casada con su esposo aunque está separada desde hace un tiempo. Por su parte, Phillip se divorció en junio de 2021 de Autumn Phillips, con quien tuvo dos hijas, Savannah, de 11 años, e Isla, de 9. El matrimonio duró 13 años y hoy mantienen una buena relación.
El hecho de haber sido presentada a la reina dice mucho del noviazgo: podrían haber campanas de boda en puerta. Aunque no se espera una boda religiosa, pues ambos serían divorciados y sus antiguas parejas no han fallecido.
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