Ha sido una semana por demás complicada en casa de los Urdangarin, tras la publicación de fotografías que implican al ex duque de Palma con otra mujer que no es su esposa, la infanta Cristina, de nombre Ainhoa Armentia.
Iñaki Urdangarin podría solicitar pensión a la infanta Cristina
Naturalmente, se especula que se dé una separación entre Urdangarin y la hija del rey Juan Carlos, quienes se habían mantenido juntos contra viento y marea, incluso después del caso de corrupción Nóos, del cual salió culpable Iñaki y que llevó a la corte a la infanta.
Las fotografías de Urdangarin, quien goza de un régimen de semilibertad tras haber sido llevado a prisión en 2018, paseando por las playas de Bidart con Armentia cayeron como balde de agua fría, especialmente después de haber visto a los ex duque de Palma en Baqueira, en diciembre pasado, esquiando en los Pirineos catalanes con sus cuatro hijos, y paseándose de la mano por las calles.
Pero si las cosas llegaran a su fin, el divorcio tendría muchas aristas que analizar. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin se casaron bajo el régimen de separación de bienes y no poseen ninguna propiedad compartida. En este aspecto, las cosas se facilitan.
Matrimonios de alto perfil como éste suelen firmar capitulaciones matrimoniales que dejan claro los pasos a seguir si hay un rompimiento y, que, entre otras cosas, haría firmar a Urdangarin un acuerdo de confidencialidad que le impediría hablar de lo que haya podido enterarse mientras fue parte de la familia real.
Otro aspecto a tomar en cuenta sería el lugar donde el divorcio se lleve a cabo. La infanta vive en Suiza y podría decidir hacerlo ahí, lo que le ayudaría a mantener cierta privacidad en comparación con España, que por haberse casado en Cataluña podría ser otro de los sitios posible.
Hay que tomar en cuenta que la pareja tiene aún una hija menor de edad, Irene, de 16 años, por lo que el tema de proteger los detalles es esencial.
La manutención de los hijos siempre es un punto clave. La hermana del rey Felipe VI y el ex jugador de balonmano tienen cuatro hijos, Juan Valentín, de 22 años, Pablo Nicolás, de 21, Miguel, de 19, y la ya mencionada Irene. Según el Tribunal Supremo, tendrían derecho a manutención hasta los 24 años, si es que estos siguen estudiando o no pueden mantenerse por sí mismos.
A la fecha, quien asume la mayor parte de los gastos familiares es la infanta, ya que su salario en la Fundación Aga Khan es más elevado, comparado con el de su aún esposo en la firma de abogados Imaz&Asociados. Quien más perjudicado saldría económicamente sería precisamente Urdangarin, quien por ello podría solicitar una pensión compensatoria.
“El cónyuge al que la separación o el divorcio produzca un desequilibrio económico en relación con la posición del otro, que implique un empeoramiento en su situación anterior en el matrimonio, tendrá derecho a una compensación que podrá consistir en una pensión temporal o por tiempo indefinido, o en una prestación única, según se determine en el convenio regulador o en la sentencia", marca el artículo 97 del Código Civil en el país ibérico.
Esto, sin embargo, no liberaría a Urdangarin de dar pensión a sus hijos, aunque sea mínima. Entre otras consecuencias que podrían surgir del rompimiento, podría estar la misma por la que pasó Jaime de Marichalar cuando se divorció de la infanta Elena, hermana mayor de Cristina: Urdangarin podría perder su escolta y regresar a su vida de ciudadano común y corriente.