La situación actual por Covid-19, y recientemente, la preocupación por la variante Omicron, han puesto al mundo de cabeza, y para la reina Isabel II las cosas no han sido distintas. Sus planes navideños, en los que aprovecha para ver a su familia, se han visto gravemente afectados. Éstas son algunas razones por las que la monarca tendrá una Navidad un poco apagada.
La triste Navidad de la reina Isabel II
Adiós, eventos navideños
La semana pasada se anunció oficialmente que la Reina había decidido cancelar su comida prenavideña, a la que asiste su familia extendida y que la monarca espera todo el año. A partir de ahí, comenzaron los cuestionamientos sobre si celebraría la Navidad en Sandringham como cada año desde 1988.
Éste es el evento principal de su agenda decembrina, en el cual camina rodeada de gente con su familia cercana –desde el Príncipe Carlos hasta sus nietos y bisnietos– hacia la misa en la iglesia de Santa María Magdalena, para después tener la tradicional comida navideña con sus invitados.
Desafortunadamente y como medida de precaución, Isabel II tomó la dura decisión de cancelar su viaje. En su lugar, se quedará en Windsor, donde permanece aislada y sólo será visitada por su primogénito el príncipe Carlos y su nuera Camila, duquesa de Cornualles.
Será la primera sin su gran compañero
El fallecimiento en abril pasado del Duque de Edimburgo, a los 99 años, ha dejado un vacío enorme en la vida de la Reina. Éstas serán las primeras fiestas que pase sin su inseparable Felipe.
El año pasado se anunció que la Reina y su esposo pasarían una “Navidad tranquila” en Windsor, donde ambos se aislaron durante la pandemia. Fuera de esa excepción, Isabel II siempre ha pasado Navidad en su propiedad de Sandringham hasta febrero 6, fecha en que se celebra su acenso al trono.
Sus médicos, en alerta
A pesar de que en estos momentos se encuentra bien, en octubre preocupó al mundo entero cuando fue hospitalizada por una noche, aunque fue sólo como precaución médica. Sus doctores recomendaron descanso.
Debido a ello, tuvo que cancelar varios eventos importantes –cosa que no suele hacer–, entre ellos un viaje a Irlanda del Norte para celebrar el centenario de la nación, y un evento el Domingo de Remembranza, en noviembre, el cual canceló de último minuto por un esguince en la espalda. Buckingham Palace declaró que la Reina estaba “profundamente decepcionada” de no poder cumplir con su compromiso.
Entre otras cosas que ha debido dejar con el fin de cuidar su salud, al menos por el momento, ha sido uno de sus pasatiempos favoritos: montar a caballo.
“Una vez que llegas a los 95, ya no es tan fácil como solía ser,” respondió el Príncipe Carlos cuando se le preguntó sobre la salud de su madre en una visita a Jordania. “¡Suficientemente difícil es a los 73!”, bromeó.