Con el reciente cumpleaños de la princesa Aiko, que llegó a los 20 años el pasado 1 de diciembre, se retoma el problema que actualmente enfrenta Japón con respecto a su línea de sucesión. Y es que ella debería ser la heredera al trono por ser la primogénita y única hija del actual emperador Naruhito, sin embargo, la Ley de la Casa Imperial de 1947 sigue vigente, y en ella se excluye categóricamente a las mujeres para ascender al Trono del Crisantemo.
Claves sobre la realeza japonesa y su riesgo de quedar sin emperador
Este ha sido un gran debate por años en el país nipón, más después del nacimiento de Aiko, pues al ser una niña, indicaba que no había heredero.
De hecho, en 2005 un grupo de expertos conformado por jueces, catedráticos y funcionarios comenzaron a estudiar la posibilidad del cambio de la ley sálica, y concluyeron que convenía permitir que solo las mujeres descendientes directas de los emperadores pudiesen acceder al trono. Todo indicaba que el cambio podría suceder, pero la princesa Kiko, esposa de Fumihito, príncipe heredero Akishino -siguiente en la línea de sucesión-, quedó embarazada y la iniciativa se paró a la espera de que el bebé fuera niño.
El apellido de la familia real japonesa
Realmente en la Familia Imperial de Japón no existen los apellidos como tal, todos sus miembros usan su nombre de nacimiento y posteriormente sus títulos de acuerdo con el lugar que ocupan en la familia real.
Dentro de la realeza japonesa existen las dinastías, la actual es la dinastía Yamato, que es considerada la más antigua del mundo con sucesión ininterrumpida. Dicha Casa Imperial reconoce a los 125 emperadores japoneses que han existido desde Jimmu (año 660 antes de Cristo). El actual emperador Naruhito es parte de la generación 126 del árbol genealógico.
Actualmente son solo 15 los miembros oficiales de dicha familia imperial, aunque entre todos ellos, solo hay tres herederos, y uno de ellos tiene 86 años.
¿Cómo es la monarquía de Japón?
Realmente el emperador no tiene ningún poder político, es solo una figura simbólica de la nación y la unión del pueblo que tiene un peso importante. A pesar de no tener ni voz ni voto, puede estar presente en diferentes actos de Estado, como en los nombramientos del primer ministro, del presidente del Tribunal Supremo o cuando la Dieta Nacional (órgano legislativo japonés) o el Parlamento piden su presencia.
El emperador también recibe a los jefes de Estado y de Gobierno que visitan Japón en viajes oficiales, así como a embajadores y otros diplomáticos. Además de participar en diferentes actos públicos. La principal función de la familia imperial es preservar los elementos de la cultura tradicional japonesa. Además, el emperador es el máximo sacerdote en la religión Shintō.
Cuando un emperador muere, se le da un nuevo nombre, mismo que lleva la era en la que gobernó, por ejemplo, el emperador Akihito, papá de Naruhito, será conocido como el emperador Heisei cuando muera. A su vez, el papá de Akihito es conocido como el emperador Shōwa, aunque en vida su nombre era Hirohito.
También cuando un príncipe se casa y forma una familia, reciben un título y nombre nuevo. Por ejemplo, Fumihito, hermano de Naruhito y actual heredero al trono, recibió el nombre de príncipe Akishino, nombre que usan también los miembros de su familia.
Ningún integrante de la familia imperial tiene libertad de elegir una profesión, todos deben estudiar o ejercer alguna actividad que no sea lucrativa y que su principal objetivo sea el beneficio de la sociedad. Una vez que dicho miembro decide qué quiere estudiar, debe pedir la aprobación del emperador en turno. Tampoco pueden votar ni ser candidatos políticos.
Su patrimonio es controlado totalmente por el Estado, por lo que sus casas ya están designadas de acuerdo con su estatus. El emperador vive en el Palacio Imperial, el príncipe heredero en el Palacio el Tōgūgosho, y el resto de los miembros viven en casas del Estado que gestiona la Agencia de la Casa Imperial.
Otra prohibición dentro de la familia imperial es que ningún miembro puede adoptar. Y con respecto al matrimonio, todos los hombres deben pedir la aprobación del Consejo de la Casa Imperial.
En cuanto a quién tiene derecho a convertirse en el próximo emperador, está claramente estipulado que solo lo pueden hacer los hombres cuyo padre o abuelo paterno haya sido emperador previamente.
¿Quién será el futuro emperador de Japón?
Antes de la Restauración Meiji -eventos que condujeron a un cambio en la estructura de la política y social de Japón- Japón tuvo ocho tennō o emperatrices reinantes, la condición es que fueran hijas de la línea masculina y no podían casarse o tener hijos una vez que se ascendían al trono.
Después de 1947 es que se prohibió incluir a las mujeres en la línea de sucesión, un gran problema actual por la falta de herederos varones y es que hasta 2006 no había un heredero joven en la familia.
Una vez que Akihito abdicó al trono en abril de 2019, fue su hijo Naruhito, de 61 años, quien se quedó como el emperador número 126 al ser el primogénito de la pareja imperial, como su única hija es Aiko, quien no puede acceder al trono, es Fumihito, hermano de Naruhito, el primero en la línea de sucesión, pero hay que tomar en cuenta que tiene 56 años, por lo que era necesario tener un heredero más joven.
La “salvación” llegó con el nacimiento del primer hijo hombre -después de haber tenido dos hijas- de Fumihito, el príncipe Hisahito de Akishino, quien actualmente tiene 15 años. Él es el segundo en la línea de sucesión al trono y en él recae el peso de dar otro heredero para continuar con la dinastía.
El tercero en la línea de sucesión es el príncipe Hitachi, tío de Naruhito, pero tienen 86 años, por lo que seguramente nunca llegará al trono.
Las mujeres en la familia real japonesa
A diferencia de los hombres, las mujeres tienen más libertad para casarse con quien decidan, sin embargo, la única manera para continuar siendo parte de la familia imperial es que se casen con el emperador o con otro miembro de la familia imperial.
Es por eso que son muchas las princesas japonesas que han elegido a un plebeyo para casarse, lo que implica que deben renunciar a su título y dejan de pertenecer a la familia imperial.
Las princesas que más recientemente han abandonado la familia real japonesa son: Mako, hija del príncipe heredero Fumihito y Masako, pues se casó en octubre pasado con Kei Komuro y ambos decidieron mudarse a Nueva York; y antes de ella, en 2005, Sayako, hermana de Naruhito y Fumihito, que se casó con Yoshiki Kuroda, quien se convirtió en el primer plebeyo no aristocrático en casarse con una princesa imperial.