La princesa Eugenia y su esposo, Jack Brooksbank, bautizaron este fin de semana a su primogénito, el pequeño August, quien nació hace nueve meses.
Y aunque se trató de una celebración especial para la pareja, el evento se vio empañado por un hecho trágico: la muerte, días antes de George Brooksbank, papá de Jack.
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El diario británico The Argus reporta que George Brooksbank, de 72 años, llevaba un tiempo enfermo después de luchar contra el coronavirus el año pasado.
El periódico The Telegraphhabía reportado en 2020 que a la familia de Brooksbank se le había advertido que se "preparara para lo peor" varias veces y que George pasó nueve semanas en el hospital, incluidas cinco semanas con un respirador artificial después de un viaje a Francia el donde se contagió de Covid-19.
Su condición finalmente mejoró después de una traqueotomía, y George atribuyó su recuperación al personal del Chelsea y Westminster Hospital en Londres y al Royal Brompton Hospital.
"El punto que realmente quiero transmitir es que creo que el NHS es absolutamente magnífico. La forma en que me trataron fue increíble. Nada fue demasiado problema y en ningún momento tuve la sensación de escasez de médicos o enfermeras o la impresión de que el servicio estaba abrumado de alguna manera”, dijo George a The Telegraph en su momento.
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Pese a su fallecimiento, el bautizo de Jack se llevó a cabo como se tenía estipulado. La ceremonia se realizó este domingo 21 de noviembre en la Capilla de Todos los Santos en Windsor Great Park.
Llamó la atención que se trató de una ceremonia múltiple, pues también se bautizó a Lucas, hijo de Zara y Mike Tindall.
La reina Isabel II asistió al bautizo de sus bisnietos después de que semanas de problemas de salud le impidieran asistir a varios eventos.