Cada vez son más las dinastías reales europeas que tratan de ofrecer a sus hijos una infancia “normal”, dejando atrás la tradición de educarlos entre niñeras e instructores privados, para enviarles en su lugar a colegios donde puedan socializar con otros niños que no sean únicamente miembros de su familia.
Hasta ahora, los mellizos del príncipe Alberto y la princesa Charlène de Mónaco acudían a la escuela católica François d’Assise - Nicolas Barré (FANB), ubicada muy cerca de la residencia oficial de sus padres, pero en los próximos meses abandonarán las clases para empezar a estudiar en casa.