Aunque por el momento la fecha se ve lejana, y realmente el mundo entero espera que la reina Isabel II dure muchos años más, es normal que por su edad, 95 años, muchos detalles ya empiezan a planearse con anticipación para estar preparados para el cambio de monarca.
Es así que el príncipe Carlos, heredero al trono, ya está estudiando cuál sería la mejor forma de repartir a dos generaciones de la familia real británica en las residencias de la monarquía cuando fallezca su madre y, en su caso, el prefiere quedarse en Highgrove House y solo tener un alojamiento modesto en el Palacio de Buckingham.