Aunque esta historia pareciera el argumento para un cuento de hadas como La Cenicienta, teniendo como protagonista a la única hija del príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit, a la princesa Ingrid Alexandra, es la historia real de lo que fueron las vacaciones de verano para la segunda en la línea de sucesión al trono de Noruega.
Ingrid Alexandra de Noruega: la princesa que pasó sus vacaciones lavando platos
A pesar de que será reina algún día, despúes de su padre, actualmente lleva una vida, dentro de lo que cabe, lo más tradicional posible, por esa razón este verano ella misma decidió trabajar lavando platos en un restaurante italiano.
La joven de 17 años no estaba siendo castigada por sus padres, sino que en realidad buscaba disfrutar de una primera experiencia laboral ‘normal’, según informa la revista Se og Hør (Ver y escuchar).
La idea de buscar un trabajo que no requiriera de mayores acreditaciones o experiencia surgió del ejemplo de su propia madre, la princesa Mette-Marit, quien en su juventud trabajó como mesera antes de conocer a su esposo, el príncipe Haakon, cuando era una madre soltera con un niño de corta edad al que mantener: su hijo mayor Marius.
Debido a ser menos de edad, Ingrid no podía servir alcohol en el restaurante Skur 33 ubicado en Oslo, donde le dieron el empleo. Estuvo trabajando principalmente en la cocina antes de contagiarse de Covid-19 en agosto.
De hecho, fue por este contagio que Haakon y Mette-Marit tuvieron que posponer el festejo por su aniversario 20 de bodas, que celebrarían el 25 de agosto. Hasta el momento no se ha elegido una nueva fecha para la celebración.
“Su Alteza Real, la Princesa Ingrid Alexandra, dio positivo por coronavirus y está aislada en su casa en Skaugum. El resto de la familia del Príncipe heredero también ha sido examinada, pero han dado negativo”, se lee en el escrito, sin embargo toda la familia decidió aislarse para minimizar cualquier riesgo.
Lo bueno es que la princesa pudo recuperarse justo a tiempo para el regreso a clases este septiembre.