Luego de que el lunes se hiciera pública la demanda civil de abuso sexual presentada en Nueva York por Virginia Giuffre, una de las víctimas del caso de pedofilia protagonizado por Jeffrey Epstein, contra el príncipe Andrés, las alarmas han comenzado a sonar nuevamente para la corona inglesa.
No por nada Isabel II ha mandado llamar a su hijo, noveno en la línea de sucesión al trono británico, para tener una reunión con él, ayer martes, en el Castillo de Balmoral, donde la reina se encuentra pasando sus vacaciones de verano desde hace unos días.
De hecho, Andrés fue visto dirigiéndose a la propiedad escocesa e iba acompañado de su exesposa, Sarah Ferguson.