A sus 53 años, la nueva princesa de Bélgica hace su primera aparición oficial
Este miércoles, durante la Fiesta Nacional de su país, Delphine debutó como miembro oficial de la familia real belga. Fueron años en la corte para que su padre, el rey Alberto II, la reconociera.
Nada mejor que la Fiesta Nacional de Bélgica para que la princesa Delphine, de 53 años, acudiera a su primer acto oficial desde que fuera nombrada con el título en octubre de 2020.
El look que eligió para su debut fue un vestido multicolor con figuras geométricas de la marca belga Erratum, muy ad hoc a su personalidad, pues es artista. De hecho, la boina a juego con el vestido complementó perfectamente su estilo.
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Fue su propio medio hermano, el rey Felipe de Bélgica, quien la invitó a ser parte del evento y ocupar un puesto de honor al lado de sus otros medios hermanos, el príncipe Laurent y la princesa Astrid, archiduquesa de Austria-Este.
Delphine no acudió sola a su debut, lo hizo acompañada de su esposo, James O'Hare, y padre de sus dos hijos, Josephine y Oscar.
La polémica sobre su padre biológico: el rey Alberto II de Bélgica
Fueron cerca de siete años los que tuvo que pasar Delphine en la corte, antes de que el rey Alberto II, quien abdicó en 2013, aceptara su paternidad, un poco obligado por la corte ya que apeló para no tener que realizarse la prueba de ADN.
Sin embargo, en mayo de 2019, la corte estipuló que el retirado rey pagara cinco mil euros a Delphine Boël por cada día que se negara a realizarse la prueba. Finalmente, el 27 de enero de 2020, el test mostró que en efecto, Alberto II sí era su padre biológico.
Fue así que para octubre de 2020, tanto a ella como a sus hijos se les otorgaron los títulos de príncipes. Sin embargo, como la ahora su alteza real Delphine de Sajonia-Coburgo-Gotha, princesa de Bélgica, nació de una relación ilegítima ni ella ni sus hijos son parte de la línea de sucesión al trono de Bélgica.
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Ese mismo mes Delphine se reunió con su medio hermano, el rey Felipe de Bélgica, en el Palacio de Laeken y un día después, su padre publicó un comunicado en el que se leía: "Mi esposa y yo estamos muy contentos por la iniciativa del rey, presagio de días más felices para todos y, en particular, para Delphine".
Delphine es producto de una relación extramarital que Alberto II tuvo con la baronesa Sybille de Selys Longchamps, misma que aparentemente duró 18 años. De hecho, la baronesa estaba también casada, con el noble industrial Jacques Boël, de quien se divorció en 1978, cuando Delphine tenía 10 años.
Fue un estudiante de 18 años, Mario Danneels, quien destapó la existencia de la hija ilegítima del rey al publicar, en 1999, una biografía no autorizada de la reina Paola, esposa de Alberto II. De inicio la baronesa Sybille y su hija no quisieron hablar al respecto, mientras que el Palacio aseguró que dicha revelación era un chisme.
Para mayo de 2005, Delphine decidió aceptar públicamente que era hija del rey de Bélgica. Incluso aseguró en una entrevista que Alberto II quiso divorciarse de su esposa Paola cuando Delphine, de entonces nueve años, y su madre se mudaron a Inglaterra en 1978 (año en el que Alberto II aún no era rey, sólo heredero), pero fue la propia Sybille quien se opuso por las consecuencias políticas que eso conllevaba.
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No fue hasta cumplir 17 años que su madre le confesó quién era su verdadero padre. Por muchos años no lo buscó, pero intentó hacerlo a los 33 años, sin embargo al contactarlo por teléfono, él le dijo: "No me vuelvas a llamar nunca más. No eres mi hija".
Con la abdicación del rey Alberto en 2013, lo que significaba que ya podía ir a juicio, Delphine pudo llevarlo a la corte para pedir una prueba de ADN.