Una gran polémica se generó en Reino Unido cuando se dio a conocer el nombre de la hija del príncipe Harry y Meghan Markle, pues muchos lo consideraron como una falta de respeto hacia la reina Isabel.
De hecho, expertos en realeza británica como Angela Levin sugirieron que fue muy grosero que los duques de Sussex hayan elegido Lilibet como el primer nombre de su hija, que también es el apodo con el que Felipe de Edimburgo se refería a su esposa.
“No creo que sea una buena idea, creo que es bastante grosero con Su Majestad la Reina. Era un apodo muy privado de su esposo, quien no ha estado muerto por mucho tiempo. El príncipe Carlos nunca soñaría con llamar a su madre Lilibet", dijo Levin al programa Good Morning Britain ".
Pero como dicen, en toda historia hay dos versiones y hay una segunda que asegura que Meghan y Harry pidieron permiso a la reina antes de llamar a su hija Lilibet.
Fuentes de la casa real británica confirmaron a la página Page Six que Harry llamó a la reina Isabel II antes de que su esposa, Meghan Markle, diera a luz en el Santa Barbara Cottage Hospital el 4 de junio.
Una fuente añadió: “Probablemente habrá sido una llamada diciendo que ha llegado y planeamos ponerle tu nombre; en realidad, no es algo a lo que uno pueda decir que no. Dudo que hayan preguntado, más probablemente informado".
Harry sigue siendo cercano a su abuela a pesar de haber renunciado a la familia real en 2020 en medio de la tormenta "Megxit" y de dar entrevistas recientes llenas de acusaciones, incluidas denuncias de racismo, contra el Palacio de Buckingham.
Por otra parte, según se ha dado a entender en los comunicados que se han hecho públicos hasta ahora, a la pequeña Lilibet Diana Mountbatten-Windsor se la conocerá simplemente como 'Lili' y todo apunta a que el príncipe Harry llevaba tiempo barajando este nombre.
En enero de 2019 asistió con su esposa Meghan, que entonces estaba embarazada de su primogénito Archie, a un evento en Birkenhead, Merseyside, al noroeste de Inglaterra, donde tuvo la oportunidad de conocer a una mujer llamada Rebecca Blundell y a sus hijas: Lily, de seis años, y Lottie, de dos. En aquel momento, Harry mostró un interés inusual por conocer cómo se escribía el nombre de la mayor de las dos niñas que no pasó desapercibido para su madre.
"El príncipe Harry se acercó primero y estuvo charlando con mi hija de dos años. Luego habló con Lily, que tiene seis, y cuando ya se estaba alejando, se volvió y le preguntó si su nombre deletreaba con 'i' o 'y'. Enseguida pensé que debía ser uno de los que estaban barajando. Luego vino Meghan y le pregunté si estaba nerviosa por la inminente llegada de su bebé. Dijo que estaba emocionada y que Harry sería un padre fantástico. Le respondí que ella también sería una gran madre y pareció realmente conmovida. Estaba muy tranquila y a gusto entre la multitud", explicó en aquel momento Rebecca.
Obviamente, el matrimonio no tuvo la oportunidad de utilizar ese nombre cuando nació Archie, pero parece que tomaron buena nota y decidieron reservarlo para la siguiente ampliación de su familia.
