Los príncipes William y Harry de Inglaterra no dudaban en sacar a relucir todo su ingenio y dar rienda suelta a sus travesuras para intentar salirse con la suya durante sus años de la infancia.
William y Harry llegaron a falsificar una nota de Isabel II para conseguir pizza
Tanto es así, que en una ocasión llegaron a falsificar incluso una nota procedente de su regia abuela, Isabel II, para intentar engañar al entonces chef principal de palacio, Darren McGrady, y conseguir así que les sirviera pizza para cenar, así como otras delicias que solían tener ligeramente restringidas.
Como ha revelado el propio McGrady, quien trabajó durante muchos años para el clan Windsor, en el nuevo documental 'Secrets of the Royal Kitchen', en realidad lo que llegó a sus manos esa vez fue una hoja firmada por la niñera de los príncipes que hacía alusión al permiso especial que estos habrían recibido de la soberana para que, en lugar de cenar lo que el cocinero ya estaba preparando, pudieran hacer una excepción a la regla para disfrutar de una noche de pizzas.
Según McGrady, el engaño estuvo tan bien urdido, que solo logró adivinar lo que ocurría gracias a la escritura excesivamente "juvenil" de la breve carta.
Durante el programa, Darren McGrady también ha defendido la variedad que caracterizaba a sus menús semanales para los entonces niños, así como la flexibilidad que permitía a estos disfrutar ocasionalmente de platos calóricos pero claramente sabrosos.
Entre los productos favoritos de los hijos de Diana de Gales se encontraban sus pasteles de carne, el pudding o el toffee: tres esenciales de la cocina británica.