EXCLUSIVA: Nuevo libro sobre Máxima de Holanda. Platicamos con sus autores

Tuvimos la oportunidad de platicar con ellos vía telefónica desde Argentina sobre el nuevo perfil que han construido y que hoy nos desvelan de la reina.

¿Cómo surge la idea de escribir este libro?

Rodolfo: Yo escribí un libro en 2014 sobre Cristiana Onassis, las memorias de su mejor amiga, Marina Tchomlekdjoglou, en cuya casa murió. Yo me acerqué a la editorial, Random House, siempre quise saber más de Onassis y Marina me dio la oportunidad de escribir las memorias. Les encantó el libro y tuvo mucho éxito, nos fue muy bien.

Después me convocaron para pedirme más ideas pero yo no sentía una idea tan clara hasta que justo me di cuenta que Máxima iba cumplir 50 años. Pensé que era el momento de hacer una biografía más seria, más documentada. Ya existía una pero era bastante flojita.

Paula y yo trabajamos juntos en ¡Hola! y aunque hacíamos muchos reportajes de Máxima y había mucha información, por el tono de la revista no podíamos publicarla así que fuimos archivando, metiendo la información al cajón. Cuando les llevé el proyecto (a la editorial) les encantó y llamé a Paula, la convoco, ella es una periodista de pura cepa, de esas que no le tienen miedo a nada.

Firmamos el contrato antes de la pandemia, durante la pandemia pudimos aprovechar y bueno nos pusimos a trabajar y así fue como surgió.

¿Qué cosas nuevas tienen que decir o descubrirnos de Máxima de Holanda?

Rodolfo: Primero terminamos de armar el rompecabezas de la historia de amor de los papás de Máxima, Jorge Zorreguieta y María Pame Cerruti, porque no sabíamos bien en qué circunstancias o de qué forma se habían conocido. No te olvides que el divorcio en Argentina llegó hasta el año 1987. Jorge estaba casado con Marta López Gil y tenía tres hijas. En el libro que todos conocemos se dice que María Pame fue secretaria de Jorge pero no, fue primero niñera de sus tres hijas durante un verano.

A partir de ahí fuimos armando la historia de amor y fuimos hilando. El divorcio de Jorge y su primera esposa llega hasta 1987. Marta nunca le quizo dar el divorcio hasta que ya no tuvo otra opción. A partir del divorcio, a los dos meses él se casa con María Pame, mamá de Máxima.

Paula: Este es un detalle no menor. En Argentina el divorcio no era legal, una pareja sí podía divorciarse o separarse en caso de que las dos partes estuviesen de acuerdo. Era un trámite muy engorroso y difícil pero sí se podía hacer. La conclusión a la que llegamos es que Marta López Gil no se tomó muy bien que su esposo se fuera con la niñera y más tarde secretaria. Hoy en día se lleva muy bien con la mamá de Máxima.

Rodolfo: También encontramos varios parientes de Máxima, por ejemplo tiene una prima transexual que es un personaje público en Argentina muy conocido. Descubrimos parientes que tocan temas como la elección de género y demuestra que la historia y familia de la reina atraviesa todos los niveles de la sociedad.

Después nos encontramos que todo el recuento de su paso por Nueva York era inventado en el primer libro porque las fuentes que pudimos conseguir nos llevaron a otra Máxima en Nueva York. Una historia totalmente distinta.

En el primero libro se dice que fue con trabajo, con un contrato de alquiler pero en realidad ella se fue sin trabajo y estuvo viviendo de sofá en sofá. Lo cual es muy válido…

Paula: Y es muy habitual que los jóvenes argentinos se van con un sueño a otro país. Hay muy pocas familias acomodadas que pueden pagar una renta a un hijo. Del libro anterior no decimos que los autores mienten sino que quizá el entorno de Máxima es el que quería circular esa información pero la realidad es otra.

Exacto, el primer libro aunque lo venden como el “libro que la Casa Real holandesa no quiso que se publicara” en realidad parece que era todo lo contrario y querían contar una historia muy diferente a la que ustedes nos ofrecen en “Máxima. La construcción de una reina”

Rodolfo: Su paso por Nueva York no podíamos creerlo. Paula y yo decíamos “pero esta es otra historia, es otro cuento, es otra vida, son otros personajes”.

¿Ustedes recibieron en algún momento una advertencia de la casa real?

Rodolfo: No, pero sí nos llamó mucho la atención el blindaje que hay al rededor de Máxima tanto en su círculo íntimo, sus amigos, hasta la misma casa real y el servicio de información del Estado.

Yo pedí mucha información pública sobre los gastos de remodelación del palacio, cuánto costó el nuevo avión y la nueva embarcación. Pero nos costaba mucho que nos dieran la información porque antes de dárnosla nos preguntaban en qué contexto la íbamos a usar. Yo como periodista no tengo porqué explicar el contexto en el que voy a usar una información pública y si la uso mal asumo las consecuencias pero nadie puede cuestionar cómo la voy a usar y en función de cómo la voy a usar, me la vas entregar o no, y sobre todo en un país como Holanda. Un país muy abierto con una democracia con todas las letras.

Pero nos dimos cuenta que no es tan transparente porque hay un blindaje y una cerrazón absoluta respecto a Máxima y a la casa real. Nos llamó mucho la atención que hay una especie de censura hacia la prensa.

Por ejemplo, cuando ellos hacen los posados dos veces al año, a los fotógrafos que les permiten hacer las fotografías les hacen firmar una especie de contrato en el cual ellos se comprometen a después de ese posado no hacer fotos. Respetar la privacidad de la familia cuando digamos eso atenta contra la libertad de expresión y las garantías que tenemos como periodistas y que están justamente incluidas en la constitución de Holanda.

Tú no le puedes pedir a un periodista que ve a Máxima comprando naranjas en el supermercado que no le saque una fotografía porque es un personaje público.

En Inglaterra eso es intocable y jamás se les ocurriría decirle a un fotógrafo “firme este contrato porque después de aquí no nos puedes tomar más fotografías”. Eso nos llamaba mucho la atención porque se contrapone con los principios más fundamentales de la libertad de prensa y de opinión.

Hay una anécdota de un fotógrafo acá en Argentina. Él con su escuela argentina con esa libertad de expresión que acá hay y donde la relación con famosos es muy abierta, quiso hacer una guardia a Máxima y al día siguiente lo llamaron de la embajada holandesa para decirle que el príncipe estaba muy molesto con él. Que una embajada se ocupe de llamarle a un fotógrafo porque le están haciendo guardia es increíble. Todo es muy cuidado y hay una especie de censura.

Censura amenazante…

Rodolfo: Que un diplomático se ocupe de hacer esas cosas… El modus operandi nos llamó mucho la atención y que se manejara de esa forma.

Descubrieron la misma Máxima o a otra Máxima diferente a la que conocemos públicamente.

Paula: En nuestro trabajo como periodistas íbamos recibiendo por ahí anécdotas de amigos. Cuando Máxima está en Argentina, es argentinísima. Si viene ella nunca se olvida de recordarles a sus amigos que es la reina consorte de los Países Bajos porque le gusta llegar a una reunión del colegio y tener tres guardaespaldas, le gusta ser el centro de atención, es de las mujeres que se ríe fuerte y que siempre está haciendo algún chiste. Si tiene que dar unas palabras es la primera en agarrar el micrófono, le gusta ser el centro de atención y además tiene con qué.

Pero cuando está acá necesita ser la Máxima argentina, viene y trata de frecuentar los lugares que frecuenta su entorno. Le gusta hacerse notar y no le gusta pasar desapercibida para este grupo reducido de la Argentina.

Creo que el ciudadano, la persona común que conoce a Máxima a través de las revistas debe pensar que es una mujer fresca, graciosa y simpática, sí es todo eso pero también es una dama de la apariencia, es una mujer ambiciosa, es muy calculadora.

Es muy protectora de sus hijas al extremo de casi no conocerles la voz. Eso también habla de una sobreprotección, de una necesidad de proteger a los suyos de una manera obsesiva. Y yo creo que una persona que tiene tanto temor a mostrar a los suyos y lo suyo es porque esconde algo.

¿Qué esconde Máxima?

Rodolfo: UFFFF. Nos llama mucho la atención de este blindaje yo no sé cuál es su temor o qué le da miedo exponer. Siento que como se armó un relato de su vida, su carrera como economista, su paso por la banca, creo que si se empieza a desmoronar este blindaje vamos a conocer otro relato totalmente distinto que fue lo que nos pasó a nosotros.

El que ustedes nos muestran en este libro…

Rodolfo: Sí. El relato que nosotros presentamos en este libro “Máxima. La construcción de una reina” no es el que nosotros hemos escuchado. Es una relato de vida con sus luces y sombras. Comentando con Paula decimos, Máxima no es para tanto, que no nos esconda tanto las cosas porque no es tan grave. Es una historia de vida como cualquier muchacha de su edad que quiso superarse y superó la expectativas con creces casándose con un rey. Al final nos damos cuenta que ella no quiere que nada manche esa reputación, esa historia.

Creo que el tema del padre es algo que a ella siempre la persiguió, la torturó. Porque es de las cosas que le quitó el sueño por muchos años. Queramos o no su padre fue parte de un gobierno donde desaparecieron 30 mil personas entonces eso es una mancha negra que no sale con nada. De hecho cuando muere el padre, Paula y yo nos dábamos cuenta que ella tomó un poco más de distancia. Ella ahí deja de querer agradar tanto, como que se fue el padre, se fueron los secretos, murió, lo enterró y yo la siento más distante.

Paula: Es algo que nos mencionaron varios periodistas holandeses, ellos consideran que desde la muerte de su padre, Máxima cambió su manera de vincularse con la prensa. Mucho más hermética. Si bien ella nunca borra su sonrisa, digamos que es parte de su disfraz de reina, sí notaron que hay más blindaje y eso generó que muchos periodistas empiecen a darse cuenta “Ahh no sólo no nos hablan y nos posan dos veces por año sino que además cuando hay algún evento nos van a controlar más”. Ahí empezaron a alertarse un poco los periodistas y ahora quizá estén un poquito más exigentes y el resultado también se ve en la baja de popularidad. Si bien Máxima sigue siendo de la familia real holandesa la más popular, bajo del 70 al 40 % aproximadamente.

¿No creen que esta nueva actitud de Máxima se deba al resentimiento que guarda tanto al gobierno como a la prensa de Holanda por haber juzgado y negado a su padre el asistir a su boda en 2002? El hecho que tanto a Jorge Zorreguieta como a ella se les juzgó a partir del pasado político de él.

Rodolfo: Eso es muy interesante y lo van a poder leer en el libro. Entendemos que ella no es culpable del pasado de su padre, Paula y yo hicimos un apéndice que se llama “Más allá de Máxima” donde explicamos las conclusiones a las que llegó el profesor que fue el latinoamericanista al que el parlamento holandés le pidió hacer un informe sobre el padre y que fue en base a esas conclusiones que se tomó la decisión de nombrar a Zorreguieta Persona non grata.

Aquí Máxima de cierta forma es cómplice al no querer hablar de este tema. Por otro lado tenemos otras anécdotas donde si no hubiera sido por una llamada telefónica del entonces Primer Ministro holandés a un ex presidente argentino, ella no hubiera sido reina.

Anécdotas de cómo se cocinó este informe donde decía que no había evidencia que el padre de Máxima mató a alguien pero era imposible que no supiera lo que pasó en la dictadura de Videla donde fue Secretario de Agricultura.

Aunque eso le dolió mucho a Máxima tampoco hizo mucho para que se llegara a la verdad.

Fue una forma de proteger al papá.

Rodolfo: Sí pero al mismo tiempo es un hilo muy fino, porque si lo proteges por otro lado lo estás encubriendo.

Claro, eso te hace ser complice…

Rodolfo: Sí, claro. Cuando el padre muere aunque a ella le duele muchísimo porque tenían un vinculo muy cercano, yo creo que para Máxima en el fondo fue un alivio.

Sí, ya no estaba ese “negrito en el arroz” como decimos en México que le trajo tantos problemas y le recordaba que su familia tenía un pasado.

Rodolfo: Claro. Con todo lo que pasó en Argentina que fueron años muy oscuros creo que el gobierno holandés dentro de todo fue amable con Máxima porque le pudieron haber negado el casamiento.

Máxima no sólo pasó este capitulo con su padre, Jorge Zorreguieta, también vivió la muerte de su hermana Inés por suicidio.

Paula: Sí, en el capítulo “El dolor más grande” es justamente donde no sólo hacemos mención a la muerte del padre en 2017 sino también a la muerte de la hermana en 2018, en realidad es suicidio. Ahí se expone la intimidad de su familia que a ella tanto le molesta y que tanto le afecta.

Todo el mundo empieza a escarbar cómo era la vida de Inés y descubren que no sólo tenía problemas alimenticios sino que también tenía una fuerte depresión. En un momento, todo lo que tenía que ver con la causa judicial circuló fluidamente en los primeros días. La hermana de Máxima muere un miércoles en la madrugada, la entierran un sábado y el lunes la causa de su muerte deja de circular. Eso llama mucho la atención porque acá en Argentina cuando un tema vende y más cuando se trata de una muerte trágica como la de Inés Zorreguieta se le da amplia cobertura. En el libro van a encontrar una situación que compromete a Máxima que es cuando ella aparentemente va un lunes en la mañana a los tribunales con la jueza que estaba llevando el caso y no sabemos porqué después de ese encuentro la información que había y que todos sabemos perfectamente que venía de adentro de la fiscalía deja de circular.

Por eso digo que ella es muy protectora pero porque no quiere que se descubra y que se escarbe en temas que a ella la comprometen.

En este tema en especifico, vi una manera de proteger a su mamá porque sabemos que María Pame metía mucha presión en sus hijas para estar lo más delgadas que se pudiera.

Rodolfo: También en el libro hablamos un poco de eso. La madre de Máxima para empezar tiene un tema con el peso corporal. Es casi fóbica a los gordos, es una mujer que piensa que estar gordo es de mal gusto. El peso en Argentina en esa clase social, el sobrepeso es de mal gusto.

Sus dos hijas crecieron con esta cuestión muy marcada del peso, de siempre estar delgadas, de siempre estar a dieta.

Volviendo a lo anterior, nos dimos cuenta que Inés estudió psicología y cuya tesis fue sobre el suicidio.

Digamos que esto era una llamada de atención que no lo vieron o no supieron reparar en algo que era tan evidente.

Paula: En ese tema puntual. Nosotros pudimos acceder a una fuente bastante cercana de la universidad que nos explicaba que la realidad de una persona que estudia psicología o psiquiatría son temas de todos los días. En cierto punto Inés era una chica que sabía muy bien cómo suicidarse de manera efectiva porque en su tesis habla de las estadísticas de hombre y mujeres y cuáles son las metodologías más efectivas para que el hecho se concrete.

Rodolfo: Máxima en cierto modo llega a opacar a los demás hermanos. Es la reina de la familia. Los vecinos nos comentaban “Esta chica (Inés) se suicidó porque nadie la volteaba ni a ver”.

Máxima llegó tan alto, era tanto, era Máxima, que la madre no supo encontrar el equilibrio en que una hija sea reina y la otra no. El cariño que buscan es el mismo viniendo de una madre. Ahí hubo un desequilibrio que desencadenó en el suicidio de esta pobre chica.

¿Ustedes creen que Máxima sea feliz con todo lo sucedido en la familia?

Rodolfo: Sí, todos los días debe de pellizcarse y agradecer de rodillas.

¿No creen que haya un poco de culpabilidad con lo sucedido con la hermana?

Rodolfo: Sí, pero hasta cierto punto ella es una mujer muy pragmática y clara en lo que quiere. Tendrá sus momentos pero dentro de todo ella sí es una mujer feliz. Es una mujer muy resiliente dentro de todo.

Paula: Me di cuenta que se decía que Máxima se sentía culpable porque a la hermana se le había hecho una suerte de persecución mediática en Panamá y en el Ministerio de Desarrollo de la nación donde trabajó pero en el fondo creo que se armó un poco ese discurso para mostrar a Máxima como humana. Fue una teoría que barajó alguien pero la realidad es que Máxima nunca mostró algún tipo de culpa o de dolor extremo.

Si nos vamos a las imágenes que circulan, Máxima fue al entierro con stilettos de 11 centímetros, vestida radiante y con una sonrisa y cantó con el hermano igual que en el entierro del papá.

Comparo esta situación con la misma vivida por Letizia de España (su hermana Erika se suicidó en el 2007) por poco no se podía parar. Letizia no podía estar de pie.

Yo creo que Máxima se ha convertido en una muy buena actriz y a veces los sentimientos quedan a un costado porque el rol de reina es más importante que cualquier otra cosa. Esas son a las conclusiones que he llegado después de hablar con su gente cercana.

¿De su historia de amor con Guillermo descubrieron algo nuevo?

Paula: Van a encontrar el relato de la primera vez que Máxima invitó a Guillermo a Bariloche, cómo fue recibido por los amigos de Máxima. No sabían que era el príncipe de Holanda. Eso es interesante.

El último capitulo, platicando con algunos periodistas que cubren la casa real, ellos nos relatan cómo es ese vinculo del día a día entre la pareja. Nos describen que a veces han tenido pequeñas peleas delante de uno de ellos. Son personas muy pasionales, cada uno dice lo que piensa pero se respetan mucho, se escuchan. Cómo es la pareja.

Yo siempre destaco que a Máxima la impactó todo lo que tenía Guillermo para darle. Yo creo que él estaba perdidamente enamorado de ella y ella se terminó enamorando de él. Son una pareja real, genuinamente son felices.

Rodolfo: A diferencia de Carlos y Diana de Inglaterra a Guillermo le encanta que Máxima sea el centro de atención. Para él es como un alivio, él descansa sobre la imagen de ella.

¿Han hecho promoción en Holanda?

En eso estamos, allá se publicaron dos biografías muy complacientes. Hay mucho interés pero al mismo tiempo hay mucho cuidado con el tema. Yo creo que en algún momento se va a publicar en Holanda.

¿El concepto que tenían de Máxima cambió?

Paula: Nunca tuve fascinación por nadie en general. Siempre quise que la gente viera la misma Máxima que yo veía. Yo como periodista lo que más quiero es que la gente pueda leer una historia real y verdadera, sin darle vuelta para que le quede cómodo al personaje. Gracias a muchas fuentes y a la investigación que hicimos creo que lo logramos. Es importante la libertad de prensa, mostrarle a la gente la verdad y si eso “desenmascara” a alguien ahí estaré.

Rodolfo: A mi me fueron cerrando muchas cosas que yo ya intuía o me daba cuenta. Descubrí una mujer más fría de lo que yo pensaba. Más calculadora, Máxima es más cerebral. Es una mujer que le costó tanto llegar a donde llegó que como decimos en México “no dio paso sin huarache”. Ella sigue siendo muy argentina, muy ligada a sus raíces. Sigue teniendo las relaciones humanas desde una perspectiva argentina. Yo siento que Máxima no ha abrazado esta identidad holandesa, ella sigue siendo católica, ella habla con sus hijas en español. Con Máxima no pasa, no la siento totalmente holandesa.

Su circulo más cercano que es con el que pudimos hablar cuentan que cuando Máxima viene es una más del grupo y ella quiere hacer siempre hincapié que es la reina y deja en claro quién es.

No me cambió el concepto que tenia de ella, más bien me reafirmó lo que ya intuía.

El libro "Máxima. La construcción de una reina" se puede adquirir en Amazon y de forma digital en la página de la editorial Random House.